Una excepcional conducta, verdaderamente ejemplar: José Antonio Morante. Ha dejado a su impertinente entrevistador asombrado y con la boca abierta, cuando éste en el callejón de la Plaza le acercó el micrófono, y como hoy es costumbre, impertinente quiso entrevistarle el de La Puebla del Rio de manera enérgica lo detuvo y paró la entrevista diciendo: “Silencio que hay un toro en el ruedo”. Eso es torería pura, educación y respeto por lo que ocurre en la lidia de un Toro. Ojalá que el entrevistador silenciado y todos los que abundan hayan aprendido y entendido la sabía lección. En la foto Morante en un soberbio Ayudado por alto marcado con la pura verdad, y dado que, con frecuencia, fotografías ejecutando este pase son publicadas, resaltamos la verdad en la realización del muletazo: los pies bien juntos, sembrados en la arena; pies cuerpo y tronco en geométrica rectitud, la cercanía sin espacio alguno para, “pasarse todo el toro” de pitones a rabo y sobre todo la edad e integridad de la cornamenta, véase la edad en las callosidades de las articulaciones en los codos anteriores en los cuartos delanteros; el importante y visible nacimiento de los anillos de las cepas de los pitones y bien visible el desprendimiento, colgajo de la masa testicular. FOTO @ Arjona.

En Ciudad Lerdo, Durango, Plaza Alberto Balderas, sacando todo el Pudor por delante, con el único deseo de NO dejarse ganar la pelea José Mauricio que en ambulancia fue llevado al Hospital, únicamente para revisión de la cornada en el escroto, recibió curación, vendaje y regresó al ruedo a lidiar y matar a su segundo; el turno se había corrido. Al término de la corrida y saliendo por su propio píe fue llevado de regreso para Intervención Quirúrgica. En la foto vemos al Torero capitalino frente a su segundo. En el tercio superior del muslo, cerca de la ingle se ve el terno roto con orificio de entrada del pitón. A los ocho días, José Mau, se prepara, alista y cuida su condición física para una pronta reaparición.

Un brindis de la Figura del Perú Ándres Roca Rey, vestido de grana y oro con blancos remates, a su ilustre paisano el Premio Nobel de Literatura, apasionado aficionado y defensor de la Fiesta Brava, Mario Vargas Llosa quien con sus enormemente vividos 85 años de edad, continua, no se pierde oportunidad de ocupar una barrera de tendido. En esta ocasión para ver y aplaudir a su joven torero a quien ha venido siguiendo y apoyando desde sus primeros pasos como becerrista, novillero y hoy Matador de los pocos llamados “llena plazas”.

 

En la muy taurina Plaza de Sanlucár de Barrameda, Julián López, consiguió el indulto, bien ganado el perdón de la vida de un extraordinario Toro de Santiago Domecq,Faraón” de nombre, herrado con el número 113 y 509 kilos en la romana. Toro de muy buenas embestidas, cuajado de principio a fin, que regresa a sus dehesas a Jerez de la Frontera para seguir procreado y disfrutar de una muy larga vida como se merecen los toros bravos; y “Comunero” lidiado por Pablo Aguado fue premiado con Arrastre Lento. Cortando 2 orejas 2. Mientras el hoy llamado Don Julián se llevó en su espuerta una de su primero, las 2 de su segundo y le fueron entregados de manera simbólica las dos peludas y el rabo de “Faraón”. FOTO: cope.es

Para despedirnos hoy va el recuerdo de un mexicano, verdadero creador de arte, eso sí, con un estilo y una predisposición a expresar su visión y concepción de lo cotidiano, apasionado aficionado al Toro, José Luis Cuevas quien expresó: “Cuando me dispongo a dibujar alguna suerte torera, siento el mismo temor que los toreros en patio de cuadrillas”.