En tiempos de Rafael Moreno Valle, lo dijimos entonces y lo sostengo hoy, todo era visto como negocio. La administración pública en general era una herramienta que servía al engrosamiento de las cuentas personales antes que a los poblanos.

En ese contexto escribí que la cultura, por desgracia, también había caído en este renglón y que hipotecando el futuro de los poblanos, Moreno Valle realizaba obras como el MIB para lucimiento personal y saqueaba los verdaderos museos. Aquí un fragmento de ello:

Contracara

Cultura, sólo para lucimiento de RMV

09/12/2015

En la zona de Angelópolis se erige el más costoso de los caprichos del Señor de los Cerros. Una obra polémica desde su concepción, el Museo Barroco. 

El inmueble, cuya obra recae en el afamado arquitecto japonés Toyo Ito, se dice estará listo, su cascarón, para alojar el quinto informe de gobierno.

El día de ayer nos enteramos, a través de la cuenta de Twitter del inquilino de Casa Puebla, de que acudió a supervisar los trabajos en la zona.

Recordemos, el museo en cuestión se construye en los antiguos predios de Valle Fantástico. En los cerca de 17 mil metros cuadrados se levantarán 11 salas, talleres de museografía y restauración, un auditorio, tiendas, zona de restaurantes y un lago. Pero aquí salta una inquietud, cómo carajos lo van a llenar.

La ausencia de un discurso museográfico en el pomposamente llamado Museo Internacional Barroco obliga a las autoridades a destrozar el patrimonio para vestir este costosísimo capricho. 

Y en aras de satisfacer a Rafael, inmuebles históricos se verán obligados a no recibir más visitantes, uno de ellos es el Museo Bello, quien después de 70 años de existencia cerrará sus puertas este diciembre. Las críticas por el desmantelamiento arrecian, no es para menos. Además, resulta alarmante la opacidad con que se maneja el tema y el silencio de las autoridades.

Sin embargo, no es nuevo el desdén de Rafael por la cultura y el patrimonio histórico de Puebla; ejemplos sobran, la Casa del Torno, la zona arqueológica de Cholula, y sin ir más lejos la desaparición de la Secretaría de Cultura, por mencionar algunos casos. 

Aunado al saqueo y desaparición al que está condenado el Museo Bello, el periódico Excélsior publicó, el pasado 8 de mayo, la columna “El Contador” en donde se toca lo concerniente a la millonaria inversión que realizará el gobierno de Puebla para llenar el Museo Barroco.

Pero el Museo Bello no es el único, la Casa de Alfeñique corre el mismo riesgo. Actualmente, en las salas del Museo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos se exhiben varias piezas pertenecientes a la colección de la casona de la 4 Oriente. Y no lo dude, las piezas terminarán en el Museo Barroco y los inmuebles antes mencionados se convertirán en oficinas.
Si no, al tiempo. 

Y así fue, está demostrado que efectivamente otro de los grandes robos morenovallistas se realizó, precisamente, en el acervo cultural de Puebla.

Las fracturas panistas

Mucho cuidado con sus dichos deberá tener desde hoy la presidenta del PAN, Genoveva Huerta, luego que ayer fue desmentida.

Las declaraciones de Rafael Micalco en el sentido de que él no había sido consultado para aprobar el nombramiento de Eduardo Alcántara como coordinador de los próximos diputados panistas locales y que tampoco ha tenido comunicación con su dirigencia desde hace meses, son sólo la punta del iceberg.

Si Genoveva busca la unidad de su bancada para ser una oposición fuerte, arrancar la legislatura con fracturas no es la mejor idea. Tampoco le conviene comenzar a formarse enemigos antes de que comience la batalla para renovar la dirigencia del PAN Puebla, en donde ella buscará la reelección.

Sea como sea, decir que Alcántara Montiel tiene el aval unánime, resultó un peligroso bumerán.