Hace unos días, un amigo que se dedica a los negocios inmobiliarios me comentó que se sentía muy preocupado por los aumentos en los precios de materias primas para construir (él se dedica a vivienda vertical), ya que a la fecha el está levantando unos departamentos y los números nada mas no le dan conforme al proyecto de inversión que hizo.

La inflación en México no cede. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó en días pasados que el índice se ubicó en 5.75 por ciento anual en la primera quincena de julio. Con esto, ya son nueve quincenas consecutivas, o cuatro meses y medio, en los cuales la inflación se ha quedado fuera del rango objetivo del Banco de México (Banxico), que es de 3 por ciento, +/- un punto porcentual.

El aumento en los precios de materias primas ha afectado a los constructores y desarrolladores inmobiliarios, provocando que construir naves industriales o viviendas sea más caro.

También hubo un aumento en el precio de bloques y tabiques de concreto, cemento, maquinaria y equipo especial. Esto causó que, desde finales del 2020 hasta junio del presente año, el precio de construcción de carreteras y puentes aumentara 12.78 por ciento.

La edificación de naves y plantas industriales es la que percibió mayor variación en el mismo periodo, con un alza de 16.09 por ciento. Finalmente, la edificación de inmuebles comerciales y de servicios mostró un incremento de 12.14 por ciento.

El alza en las materias primas es uno de los obstáculos que más impacta en el desempeño de las empresas. Los niveles de precios continúan muy elevados, siendo este el principal obstáculo para un 46 por ciento de los empresarios.

Además, señalan que es de vital importancia que las empresas constructoras elaboren su estudio de ajuste de costos en las obras que estén ejecutando.

Con esto, se conocerá la variación en el precio de los insumos, garantizando mejores condiciones en la ejecución de los trabajos. De no ser así, las empresas constructoras perderán parte de su utilidad al tener un gasto mayor para compensar el incremento en el costo de la obra. 

Todo parece indicar que el fin de la fiesta del dinero está cerca, pero los inversionistas tienen la oportunidad de acomodar su portafolio no solo para blindarse de la inflación, sino para aprovecharla, basta con voltear a ver dos mercados: el de renta fija (deuda) y el inmobiliario.

Sólo hay que tomar en cuenta que exista la liquidez necesaria en este tipo de inversión, es decir que el inversionista pueda vender en un tiempo determinado y así cobrar el rendimiento obtenido en el periodo, coinciden los expertos y gestores de fondos.