Cuando pensé que las cínicas declaraciones del diputado Ignacio Mier serían el colmo, me sorprendió la noticia sobre la intentona de Morena para “desaparecer” el tema de los desafueros de dos impresentables: Saúl Huerta y Mauricio Toledo.
Luego de oponerse a un periodo extraordinario, el morenista y vicepresidente de la Cámara de Diputados, Raúl Eduardo Bonifaz Moedano, propuso un “ligero” cambio en los temas que se abordarían en el tiempo extra.
A juicio del morenista, existen temas urgentes para convocar a sus pares como la ratificación de Rogelio Eduardo Ramírez de la O, como secretario de Hacienda y Crédito Público. Un asunto que obviamente está solicitado desde el Palacio Nacional.
Sin embargo, las solicitudes de procedencia, que retirarían el fuero a los diputados acusados por abuso sexual de menores y enriquecimiento ilícito, esas no son lo suficientemente importantes como para molestar a los legisladores con un periodo extraordinario.
Así, de un plumazo, el chiapaneco Bonifaz Moedano, busca cumplirle el capricho a AMLO al tiempo que puedan, una vez más, proteger a sus colegas de la 4T.
Apenas ayer escribía que tantas coincidencias para blindar a este par de “presuntos” delincuentes estaban colocando a los diputados federales, principalmente a los de Morena, como cómplices e incluso como obstructores de la justicia; y una vez más nos demuestran que antes que las víctimas, está su fraternidad.
¿Cuánto dinero habrán repartido Huerta y Toledo entre sus colegas para comprar su impunidad o cuántos favores les deberán para que permitan que este par de impresentables sigan libres sin enfrentar a la justicia, aunque contra ellos existen denuncias por delitos graves?
¿Con qué cara los morenistas y seguidores de AMLO y la 4T se atreven a pedir el voto en la consulta popular para enjuiciar a los expresidentes y festejan el fin del fuero, cuando no han sido capaces de demostrar, en los hechos, que están comprometidos para acabar con la corrupción y el abuso de poder?
Tanto criticaron a los otros partidos, tanto dijeron que eran diferentes y al final se comportan igual o peor que los anteriores diputados.
El tiempo en San Lázaro se agota pero no dude usted que con estas últimas mesadas, Saúl Huerta ya tenga una ruta de escape perfectamente aceitada o incluso, que ya se haya dado a la fuga porque desde aquel 21 de abril después de que fue liberado usando su fuero, el diputado morenista ni por asomo se presenta en sus oficinas, pero eso sí, esperan que siga cobrando su dieta completa.