Los calendarios agrícolas marcan importantes fechas de la economía poblana, sea la cosecha del café cereza, la zafra de la caña, el ensilado de las praderas y la siega de mieses. Algunas son calculadas, como la zafra poblana 20-21 que comenzó el 16 de noviembre pasado, otras dependen de horas-frío o la caída de primeras o últimas lluvias. Los ciclos de la naturaleza son volubles y el cambio climático solo lo empeorará.

Pese a la incertidumbres hay algo que llega con precisión anunciada de más de un año, el indicador trimestral de la actividad económica estatal del INEGI. Este permite conocer los sectores económicos primarios, secundarios y terciarios; y desde el jueves anterior que se publicó la información enero-marzo vemos que al campo poblano no le ha ido bien.

El crecimiento del sector primario fue -3.1 por ciento, preocupante al ser el quinto trimestre consecutivo que la economía poblana va a la baja. Con un promedio nacional de +2.8, el dinamismo económico del campo poblano queda en el vigésimo sexto lugar. Tlaxcala creció 14 por ciento…

Lejos quedó aquel modesto +0.9 por ciento del año pasado, donde la economía primaria poblana era el único sector que crecía en pandemia, amén de ser la única actividad sin trabas o decretos para continuar laborando.

Mucha de esta tracción vino de la inyección histórica de mil y medio millones pesos por el gobernador Miguel Barbosa, aunque el crecimiento de la década pasada ya promediaba 0.5 por ciento por lo que el crecimiento fue marginal.

Los números macroeconómicos del campo poblano parecieran no respaldar las políticas públicas emanadas de la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) y su titular Ana Laura Altamirano, misma opinión que reflexionó la organización Unidad de Fuerza Indígena y Campesina (UFIC) quien se manifestó públicamente en contra la semana pasada.

Su dirigente Andrés Hernández Toriz acusó sin mayores pruebas la imposición de empresas amigas para la compra de insumos e implementos agrícolas desde la SDR. Así como la conducción de la secretaría sin rumbo, imputando esto a que no se ha convocado al Consejo Estatal de Desarrollo Rural Sustentable desde que entró la maestra Altamirano Pérez.

Las declaraciones de Hernández Toriz, suspirante a la candidatura PRD para la minigubernatura, deben ser tomadas con pizcas de sal. La suma y presencia de Eduardo Hernández Ponce a la UFIC toma dimensiones habiendo sido delegado de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA). La UFIC navega sin brújula desde la muerte de su fundador por Covid-19 en noviembre pasado, el ex senador Isidro Pedraza Chávez.

Estas organizaciones, que se suman a un galimatías de abreviaturas de otras sociedades campesinas, rurales y agropecuarias, tienen un respaldo legal para existir y ser escuchadas

El Consejo Estatal de Desarrollo Rural es el espacio designado por leyes estatales y federales para que las organizaciones puedan expresarse. Sin duda es un espacio áspero donde convergen algunos actores del campo poblano. El último consejo que sesionó fue en marzo de 2019 con el entonces secretario Franco Rodríguez, donde fueron asistentes los señores de la UFIC y la UNTA. Esta convocatoria implica retos logísticos y de voluntad por parte de la secretaria Altamirano, a la vez que presenta una excelente excusa faltar a la ley imputando ajustadamente a la pandemia.

Errores de comunicación

Vaya exhibida en la mañanera a la secretaria federal de medio ambiente, María Luisa Albores, por parte del periodista Julio Hernández Astillero, al orear la entrega de casi dos mil hectáreas para desarrollos inmobiliarios en un área natural protegida en San Luis Potosí. Con tremendas muecas la secretaria adujo errores de comunicación, mismas muecas que repitieron algunos otros correligionarios chapingueros suyos en Puebla y Ciudad de México.

Durante la presentación de los 200 años de chiles en nogada en el Estado de México, con la secretaria estatal de turismo Marta Ornelas Guerrero, esa entidad se promocionó como la principal productora de nuez de castilla del país, situación que también presume Puebla a través de la SDR. ¿Error de comunicación o comunicación social?