Ayer por la noche, platiqué con Lalo Rivera en Destrozando la Noticia, en donde nos reveló sus intenciones de gobierno que nos llevan a vislumbrar lo que viene para Puebla en los próximos tres años. Veamos.

En 2010, cuando Rafael Moreno Valle hizo campaña con el respaldo de diferentes partidos, prometió —sin cumplir— un gobierno de coalición.

Al anunciar su gabinete, Rafa no incluyó ni a panistas, ni a perredistas, ni a neoaliancistas, ni a convergentes ni a nadie de los partidos que conformaron su alianza multicolor. Lo que armó fue un equipo con sus amigos cercanos, haciendo a un lado a los partidos que lo respaldaron y creando así una nueva clase política: la “burbuja” morenovallista.

Para quienes lo vimos y lo relatamos, nos queda claro que la coalición fue una tomada de pelo, principalmente para quienes creyeron en la palabra del nieto del general.

Los usaron, los escupieron, los pisotearon y los desecharon.

A diferencia de esa coalición de papel, el próximo alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, parece que tomará un camino distinto para honrar su palabra con los partidos que lo respaldaron. Todo indica que dará el primer paso al incluir en su gabinete a figuras claramente ligadas con partidos diferentes a Acción Nacional.

El gobierno de coalición será una apuesta con miras a que la atención a los ciudadanos se realice con los perfiles disímbolos, apostando a la experiencia y no la filia partidista.

Durante la entrevista que Eduardo Rivera concedió a Intolerancia Diario, y que fue transmitida ayer por la noche en el programa Destrozando la Noticia, tuve la oportunidad de cuestionarle cuál es la principal diferencia del alcalde de 2010 con el hombre que tomará el gobierno en poco más de un mes. Resiliencia, es parte de la respuesta y efectivamente, quizá se trate de la característica más importante, más allá de las nuevas canas, que hoy peina Rivera Pérez.

Su gobierno estará en la mira, como lo estuvo el saliente y como lo han estado los anteriores. Y lo estará por tres razones: por ser el primer alcalde que regresa a Charlie Hall; por el desencanto tan grande que tienen los capitalinos con la administración que se va; y sobre todo porque es el más serio contendiente panista para buscar la gubernatura en 2024.

El bacheo y la inseguridad son dos de los principales reclamos sociales, pero no son los únicos, el crecimiento desmedido del ambulantaje y la falta de apoyos para la reactivación económica, son otros temas que también deberán atenderse desde las primeras horas de su mandato.

Como dije, Eduardo Rivera llega con un respaldo social importante, con la confianza de muchos capitalinos de que podremos recuperar la ciudad de la que mucho tiempo nos sentimos orgullosos. Sin embargo, el reto es mayúsculo y para comenzar, ni siquiera se tiene claridad, a estas alturas del partido, de cómo se encuentra realmente la administración pública.

En la charla, Rivera Pérez realiza la analogía entre la transición de poderes y la venta de un automóvil. Reconoce que por fuera el vehículo puede verse bien, pero que será hasta que el conductor realmente lo maneje cuando sepa cuál es el estado real de esa máquina. Algo similar a lo que pasará con el equipo de Claudia Rivera que ha reconocido que problemas como el ambulantaje o la conclusión de algunas obras, serán heredados a la siguiente administración, sin embargo, el panista aún duda de si también le dejarán los recursos suficientes para solucionar los pendientes que, como en todas las administraciones, quedan al concluir el mandato.

La relación Barbosa-Rivera

Curtido por las formas y los excesos de poder del morenovallismo, Eduardo Rivera sabe que la buena relación con el gobernador no será sencilla y tiene claro habrá diferencias, sin embargo, subrayó que lo importante es mantener el diálogo y la voluntad política para poder avanzar en temas que obligan a las dos esferas de gobierno a trabajar de la mano, como el asunto de la inseguridad.

La postura es importante porque hemos visto que un enfrentamiento entre ambas administraciones, más allá de las frases anecdóticas, termina por dinamitar cualquier proyecto, dañando a todos los capitalinos.

Y aunque hasta ahora las han encontrado, sabemos que no es fácil mantener las coincidencias, pero por el bien de Puebla, esperemos que la luna de miel se prolongue por largo tiempo.

Veremos y diremos