El ya presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, sorprendió a todos al iniciar su trienio al estilo David Copperfield, al desaparecer de un día para otro a los ambulantes, que mantenían invadidas las calles, sobre todo las del Centro Histórico de Puebla.
Pero esto apenas empieza con una verdadera prueba de fuego.
El naciente ayuntamiento de la capital del estado logró negociar con los líderes de ambulantes, para que por lo menos en los primeros tres días o sea el fin de semana pasado, no colocaran sus puestos.
Ahora, se entablarán mesas de negociación para acordar el futuro de los miles de comerciantes callejeros.
La situación no es nada fácil, porque las autoridades anteriores, les dejaron una bomba de tiempo y hay que saber cuál cable cortar para no explotar.
Ese difícil trabajo lo tendrá que hacer el secretario de Gobernación municipal, Jorge Antonio Cruz Lepe, para lograr lo mejor para ambas partes.
Se sacó la rifa del tigre.
Para el trabajo se necesita mucho oficio político.
Y es que, al ser el problema más visible, iremos viendo poco a poco como irán avanzando las negociaciones.
Simple: Si salen a las calles, es que se han atorado; pero si siguen vacías, es que todo va bien.
Por lo pronto, algunos ambulantes ya han empezado a salir desde este lunes.
Esperemos sólo sean unos cuantos desobedientes.
Se calcula a ojo de buen cubero, -ya que no hay documentos que lo avalen-, que Claudia Rivera, heredó más de 5 mil vendedores en las calles de la ciudad de Puebla, por lo que será un durísimo trabajo ordenarlos.
Ya se verán pronto los resultados, para bien o para mal.
Todos esperamos que sea para bien y se corten los cables correctos.
Tiempo al tiempo.
La cátedra
La vieja frase de “gobernaré para todos sin distingos partidistas”, era sólo eso, una frase sin acciones reales.
Eso siempre se vivió en la clase política poblana, hasta el pasado 15 de octubre.
Con una verdadera cátedra de política, el gobernador Miguel Barbosa Huerta, hizo realidad la añeja letanía, de “no tengo colores” que cada gobernador que lo antecedió decía, aunque los hechos eran otros.
Así se le vio al mandatario estatal en las ocho tomas de protesta que asistió, lo mismo con morenistas, panistas, que priistas.
Hasta bromeó lo mismo con Humberto Aguilar “El Tigre”, que con José Luis Márquez o hasta Genoveva Huerta a quien le dijo entre bromas, “que joda me has puesto”.
Es notorio, atrás quedaron los tiempos de ostracismo y polarizaciones políticas.
A tres años de que concluya el mandato de Miguel Barbosa, se vislumbra camaradería, trabajo y coordinación del gobierno estatal con los ayuntamientos.
Eso créanme, será muy benéfico para todos.
¡Me hackearon!
Como cuando un famoso la riega en Twitter o redes sociales o un político es sorprendido en conversaciones impropias, la empresa Agua de Puebla para Todos, salió tácitamente a gritar: ¡Me hackearon!
Lo malo es que la encargada del servicio de Agua en Puebla, lo hizo luego de que activistas y presidentes de colonias y fraccionamiento acusaran que de un mes a otro les aumentaron la tarifa hasta un 200%.
Por eso surgen algunas preguntas.
¿Tuvieron que salir a acusarlos para que se dieran cuenta del presunto hackeo?
¿Desde cuándo un hacker beneficia a una empresa en vez de perjudicarla?
¿Tan vulnerables son sus sistemas, que un día podrían borrar el adeudo de todos?
¿Cuánto dinero hubieran ganado de no haberse enterado o que nadie se hubiera quejado?
A esta pregunta, si podemos calcular más o menos la cifra: 2 millones y medio de pesos mensuales y eso, de lo que se sabe.
Y luego dicen no explicarse por qué quiere la gente que se vaya la empresa.