Aunque ambas mujeres llaman a la unidad, lo cierto es que Genoveva y Augusta están marcando las enormes diferencias entre los dos bandos del PAN.

La continuidad y revivir al morenovallismo que propone Huerta son la cara opuesta de la revisión sobre la venta de candidaturas que prometió Díaz de Rivera.

Esta polarización tiene, aunque no se crea, un lado bueno: los panistas están en la posibilidad de elegir.

Hay de dos sopas: apostar por lo que representó el morenovallismo con los pros y contras que esto acarrea; o bien, romper con ese grupo y reconstruir un partido con las raíces ideológicas del PAN tradicional rumbo al 2024.

Es claro que la continuidad de Genoveva implica el beneficio exclusivo del grupo que llevó al PAN a Casa Puebla.

El cambio, que siempre genera esperanza e incertidumbre, promete que se le regresarán los espacios a esas personalidades que se la han jugado con la camiseta desde antes de que Moreno Valle se adueñara de la franquicia,

Aunque también es cierto que el triunfo de Augusta —aunque se prometa lo contrario— implicaría el beneficio directo del grupo de Eduardo Rivera.

Para su mala fortuna, los panistas han demostrado que la negociación y la capacidad de encontrar puntos de encuentro, no forman parte de su ADN.

Legisladores marca 4T

Víctima de la ignorancia que caracteriza a un alto porcentaje de los diputados emanados de Morena, Carlos Augusto Pérez Hernández decidió hacer el viaje de su natal Tlaxcala para venir a Puebla a hacer un absoluto ridículo.

Esta vez, el legislador federal tlaxcalteca arribó a la Angelópolis para intentar ayudar a su compañero Raymundo Atanacio en una conferencia de prensa donde se explicarían las reformas fiscales recientemente aprobadas en San Lázaro por las fracciones que respaldan las ideas lopezobradoristas.

Sin recato, Augusto Pérez dejó en claro que no tiene ni idea de lo que conlleva la miscelánea fiscal 2022, principalmente para quienes cumplan 18 años, ya que se tendrán que dar de alta ante el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) y por ende estarán sujetos a cumplir con obligaciones fiscales aún sin trabajar. Serán causantes, sin causar motivos gravables de impuestos.

El legislador cegado por su necedad, se aferró a decir que nada va a pasar con los jóvenes, ya que no tendrán que pagar impuestos.

Y ante la falta de argumentos que avalaran sus aseveraciones, soltó la lengua diciendo que se había reunido con funcionarios de hacienda, quienes “me dijeron” que todo estaba bien.

Ahí la conferencia de prensa se convirtió en una masacre hacia el legislador, ya que con un solo ejemplo se puso contra las cuerdas.

La pregunta fue: “qué pasará con los hijos de migrantes que reciben un depósito de mil o dos mil dólares al mes por parte de sus padres para que paguen sus estudios y sobrevivan”, y la respuesta fue “lo que me dijeron es que no tienen que reportarlo”.

Pero se le aclaró que hay una ley en contra de lavado de dinero que está vigente y que obliga a la gente a declarar cuando reciben depósitos de más de quince mil pesos, es decir unos 750 dólares, por lo que estarían obligados a pagar el impuesto correspondiente.

Pérez Hernández insistió: “lo que me dijeron” es que no están obligados a reportarlo.

Y se le aclaró que el Colegio de Contadores ha precisado que efectivamente se tiene que hacer una declaración de impuestos.

Al final de la conferencia, lo único que confirmaron los reporteros, es que estos diputados aprobaron una miscelánea fiscal de la que no tienen ni la menor idea de sus graves implicaciones en contra de los jóvenes.

Es el sello de la 4T.