Usted ya lo ha notado por la publicidad, el informe del tercer año de esta administración estatal se acerca. Y como la ley marca que debe hacerse dentro de la primera quincena de diciembre, es muy probable que sea este martes cuando el gobernador se presente ante el Congreso local para dar su reporte.

Tanto de porcentaje abatimos, esto de puntos aumentamos, aquello logramos y en esto invertimos; la numeralia y narrativa ya se encuentra en las radiodifusiones, lo que permite adelantarnos a los desmenuzamientos que hará Barbosa Huerta ante los diputados locales.

En campo y agroindustria tres líneas discursivas ya se decidieron: inversión, y exportación en millones de dólares y toneladas.

Así, primero, se destacará que se exportaron más de cinco mil 200 toneladas a Estados Unidos, Alemania, Canadá y Taiwán.

¿Es mucho, es poco, qué significa? El total de la producción agrícola estatal es de unos 15 millones y medio de toneladas, y tan solo de espárragos el país exporta unas 300 mil toneladas.

El que no se acompañe la cifra de pormenores no permite un análisis más detallado al momento y mucho se puede apelar a destacar la exportación de productos de bajo volumen y mucho valor como el café, estrella de la estrategia estatal.

Segundo, Puebla exportó más de 492 millones de dólares de agroindustriales durante el primer semestre 2021 será el otro dato duro para resaltar la proyección internacional del campo poblano, el cual por su desagregación puede ser contrastado.

Las categorías de exportaciones agroindustriales: cría y explotación de animales, agricultura, e industrias de alimentos, bebidas y tabaco suman 395 millones de dólares, ¿y los casi cien faltantes? La respuesta a la alquimia numérica la tendrá la Secretaría de Economía, que reporta estos números.

Mañosamente se pudo incluir la industria de papel, que no proviene mayoritariamente de celulosa poblana (árboles), y vale unos 75 millones de dólares. Los veintitantos restantes probablemente serán segmentos relacionados de otras industrias y a malabarismos dentro del SIAVI (el Sistema Digital de Información Arancelaría) que harían orgulloso a Baldor, tan solo toda la industria metálica estatal vale 19 melones verdes.

Dando el dato por bueno eso correspondería a 6.4 por ciento de las exportaciones totales del estado, número que solo puede ser comparado con el sector textil, 4.3 por ciento, y ambos ensombrecidos por el colosal 84 por ciento de exportaciones por equipos de transporte.

Tomando los sectores anteriores, y teniendo la parcialidad de no incluir áreas donde Puebla no pinta como pesca, caza o producción de pieles, aportamos dos puntotes y medio de las exportaciones nacionales agropecuarias con 492 millones de los verdes.

Tan solo, en el mismo periodo, la industria alimentaria de Nuevo León exportó 565 millones de dólares y la de Veracruz, 715. La industria de bebidas y tabaco, sola, de Jalisco generó 1.1 mil millones de dólares y la agricultura de Michoacán, también sola, dos mil millones de los de Washington.

El tercer dato será la inversión histórica de más de dos mil millones de pesos por el gobierno del estado y la consolidación de proyectos.

Por sectores de exportación la industria alimentaria se cayó 28 millones de dólares del año pasado, el peor de la pandemia, para este. Contra el 2018, en el cambio de administración, el desplome fue casi cuatro veces peor, con 104 millones.

La agricultura se bajó unos tres milloncitos del año anterior a este, pero comparado al 2018 hay una tenue luz de esperanza con un aumento positivo de 33 millones.

El incremento de presupuesto al campo poblano ha, efectivamente, hasta quintuplicado las inversiones de otras administraciones. ¿Se nota y ha valido la pena la inversión en el campo? La danza de los números puede intentar confundir a cualquiera, pero, con datos, usted tendrá la autonomía de la última consideración sobre el campo poblano teniendo una ruta como potencia agroexportadora.