En casa de mis papás la tradición de la nochevieja era recitar el Brindis del Bohemio. El recuerdo viene al caso porque –al igual que en el México actual– en el poema de Guillermo Aguirre y Fierro se celebraba el final de un año «que amarguras dejó en todos lo pechos. Y la llegada, consecuencia lógica, del Feliz Año Nuevo». A pesar de las penas, –como también supongo sucedió el pasado 31 de diciembre en casa de muchos taurinos– había risas en los labios de los bohemios e inspiración en sus cerebros.
Con la agonía del año viejo, además de brindis, es común hacer un recuento de lo sucedido. De esta forma, hemos visto resúmenes que colocan a Morante o a Emilio de Justo como los triunfadores del 2021. Y no les falta razón porque, a pesar de que la temporada fue extravagante por la pandemia, ambos tuvieron un año de ensueño. En México, los portales colocaron en la cima a Calita, por ser el matador mexicano con más festejos, y a Isaac Fonseca como el líder de los novilleros.
Definir lo mejor de un año tiene un dejo de subjetividad, pues depende de cómo se recuerdan los hechos o se acomodan los datos. Mark Twain, parafraseando al primer ministro británico Benjamin Disraeli, decía: «There are three kinds of lies: Lies, Damned Lies, and Statistics» («hay tres tipos de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas»). Con esta aclaración, comento que para mí el gran triunfador del 2021 fue el CART, esa fenomenal ocurrencia de Pablo Moreno de crear un centro de alto rendimiento taurino.
No cabe duda que los éxitos son una combinación de azar, buenas ideas, planeación, ejecución y suerte. Al chispazo de Pablo Moreno se sumó su propia habilidad para hacerse de recursos y crear redes. De esta manera juntó a genios disímbolos como el maestro Juan José Padilla y el académico Pedro Alonso. Bajo la conducción de Anwar Farías se fueron agregando toreros de distintas nacionalidades (Oliver Godoy de México, Tomás Cerqueira de Francia, Manuel Días de Portugal, Juan de Castilla de Colombia), un preparador físico de clase mundial (Xavier Castañeda), un novillero retirado que fungió como prefecto de disciplina (Antonio Santos) y muchos artistas, ganaderos, periodistas, figuras del toreo, patrocinadores y otros maestros que fueron aportando talento para la formación de cerca de sesenta novilleros durante dos meses.
Se armonizó la planeación con el azar: lo organizaron en invierno cuando no hay corridas en Europa, pero les cayó la época más fuerte de la pandemia en México por lo que estaban suspendidos todos los festejos. Esto evitó distracciones y les permitió enfocarse en la creación de un espacio de altísimo desempeño sin precedente en la tauromaquia.
Un proyecto de esta magnitud estaba diseñado para dar resultados a mediano plazo. Para sorpresa de todos, los triunfos empezaron muy pronto. Desde que se activaron las novilladas en el cortijo "Los Fernández" empezamos a ver los avances de las chavales.
En España los resultados fueron asombrosos. A inicios de temporada se lanzó el Circuito de Novilladas de Andalucía en donde cuatro semifinalistas habían pasado por el CART (Calerito, Christian Pajero, Manuel Perera y Jorge Martínez). La final de dicho circuito fue “made in the CART”. Gracias a este circuito, Martínez y Perera siguieron sumaron tardes y salieron a hombros en casi todas. Manuel Perera terminó como el líder del escalafón de novilleros en España.
Sin tanta exposición mediática, también destacaron Francisco Fernández y el portugués Diego Peseiro. Pero para demostrar que no había sido casualidad, el triunfador incuestionable de los novilleros sin picadores en España en el 2021 fue otro egresado del CART: el tapatío Rubén Núñez.
En México, Julián Garibay triunfó en tanto en Los Fernández, como en Huamantla y, aunque sin cortar orejas, sobresalió en la Plaza México. José Alberto Ortega sí cortó oreja en la breve temporada de novilladas en la capital y apunta para ser un digno sucesor de esta importante dinastía de toreros tlaxcaltecas. José Miguel Arrellano, nombrado vencedor del CART, combinó su temporada con novilladas en España y en México, se presentó en la plaza más grande del mundo y, aunque las fallas con el estoque le impidieron cortar orejas, dejó buenas sensaciones. Cayetano Delgado y César Pacheco han dejado constancia de temple y oficio en distintas plazas de la República.
En las reuniones de planeación previas al CART, discutíamos lo que se quería alcanzar. Se dijo que se formarían futuras figuras del toreo, que al menos diez de los participantes tomarían la alternativa. Interrumpió el maestro Padilla y, con vehemencia, dijo que había venido al CART a formar a quienes transformarían la historia de la tauromaquia y que de estos chavales saldrían los próximos revolucionarios del toreo. Y con esa magnanimidad y pasión dirigió no sólo a los novilleros, sino a todos los que de una u otra manera formamos parte del proyecto.
Después de haber convivido con Juan José Padilla, con la guía académica de Pedro Alonso y el acompañamiento de Godoy, Cerqueira, Días, de Castilla, Santos y Castañeda ninguno de los participantes volvió a ser el mismo. Todos salimos mejorados y con ganas de demostrarle al mundo lo que es la torería y la grandeza.
Por esa razón, los que han tenido oportunidades en el 2021 las han aprovechado con creces. Pero hay otros novilleros en espera de la anhelada oportunidad que también fueron formados en el CART. Los españoles José Trigueros y Antonio Romero; el portugués Sergio Nunes; los ecuatorianos Rodrigo Villar y Jonathan Palacios “el Pantera”, que con un par de banderillas es capaz de poner a una plaza de cabeza. Hay dos colombianos que destacan por su personalidad: Gitanillo de América que desparrama arte; y Arturo Sierra, quien no sólo torea bien sino que es un influencer con más de doscientos quince mil seguidores en Instagram, es decir, con el 10% de sus fans puede llenar casi cualquier plaza del mundo.
También están los mexicanos Gerardo Cruz, Emilio Ricaud, César Arévalo, Díaz Gaona, Juan Manuel Ibarra, Ricardo de Santiago, Luis Manuel Castellanos, Enrique Melchor, Efrén Cabrera, Ramón Jiménez, Santiago López Ortega y la zacatecana Adri Veyna. Todos en espera de una ocasión que les permita mostrar sus cualidades y convertirse en uno de los revolucionarios que vaticinó el maestro Padilla.
El CART no solo fue el gran triunfador del 2021, sino que nos permite ver el futuro de la fiesta con esperanza. Esa esperanza que, según el bohemio del poema de Guillermo Aguirre y Fierro, «a la vida nos lanza, de vencer los rigores del destino. La esperanza, nuestra dulce amiga. Que las penas mitiga y convierte en vergel nuestro camino».
Hasta aquí la entrega de hoy. Aprovecho para desearles que templen a ese tal 2022 y que Dios, reparta suerte.