En México entramos de lleno a una nueva variante del Covid, Ómicron es su nombre.
En México también, en 2018 entramos a una “variante” en el ejercicio de gobernar. Le llamaron morena. Todas/os sabemos, que su único y real dueño y representante se llama Andrés Manuel López Obrador.
El Covid desde hace ya dos años ha producido daños irreversibles en nuestro país, y no me refiero solo a aquellos relacionados con la salud y la vida de mexicanas y mexicanos de todas las edades.
El gobierno actual morenista desde hace un poco más de tres años, ha venido ocasionando daños evidentes al sistema constitucional mexicano y no me refiero solo a este.
En ambos, el daño va en aumento.
Como era de esperarse el presidente López Obrador se contagió por segunda ocasión de Covid. Desde el inicio de esta contingencia ha sido recurrente en él, su rechazo al uso de medidas sanitarias de prevención que se recomiendan en todo el mundo.
Ahora y ante el poder único que ejerce, lo importante es que se alivie pronto ya que su “gabinete” o “subalternos” solo replican lo que él dice. Hacen lo que él les permite, no más, y ha quedado evidenciado que no les es permitido tomar decisiones, o tal vez no son capaces de ello, o no quieren contradecirlo, o que él los siga contradiciendo como recurrentemente sucede.
A todas, todos, la pandemia nos hizo aprender y también a desaprender para, poco a poco ir adaptándonos a esta nueva realidad. El gobierno no lo ha hecho. Se han negado a admitir que han equivocado muchas decisiones y no me refiero sólo a las que tienen que ver con la salud.
Aun en esta “cuarta ola” del Covid, no acaban de aprender que la pandemia no es algo transitorio.
El presidente López Obrador la llama “covidcito” tal cual la realidad del Covid que él vive y que dista mucho de la realidad del Covid que están viviendo todos los días la gran mayoría de mexicanos y mexicanas.
Parecida a esa realidad de decisiones sólo simbólicas que ha tomado ante problemas reales que nos están afectando y que no resuelve.
Ambas “variantes” -la de la pandemia y la del gobierno- nos están produciendo daños. La una, a la salud; la otra, al país.
En ambas se requiere de la disposición de la población, en la primera, extremando los cuidados y vacunándonos; en la segunda, preparándonos desde ahora para la llegada del momento en que debemos elegir a la persona que presidirá el próximo gobierno federal.
Leía en un artículo del Dr. Arnoldo Kraus que expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han acuñado el concepto de “fatiga pandémica” para referirse al cansancio de todos. Cuyas características engloban “cansancio, falta de motivación, hastío, tristeza, desazón y desmotivación…” (Nexos 01/03/2021). Todo a causa de la pandemia.
Los nulos resultados de gobierno que ya no se pueden ocultar, nos están llevando también a ese concepto de cansancio de todos, con las mismas características: cansancio, falta de motivación, hastío, tristeza, desazón, desmotivación. Lo podríamos llamar “fatiga de este gobierno” en el que por cierto, había muchas esperanzas. Todo a causa del mal gobierno.
Si bien la pandemia lamentablemente aún parece no tener fin. Este gobierno federal morenista tiene por fortuna, fecha de terminación.