El tema del bebé que se encontró muerto dentro del Cereso de San Miguel continúa entre los titulares y no sólo porque ayer se cumplió una semana y algunas organizaciones civiles reiteraron su llamado para que se conozca la mecánica de los hechos.
Los acomedidos absurdos de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla demostraron su falta de sensibilidad tanto humana como política y lanzaron más leña a la hoguera.
En un largo comunicado, la CEDH argumenta que la CNDH no puede ni debe atraer el caso porque no han suscrito un convenio, un trámite burocrático que con voluntad, se podría solventar hasta por vía electrónica.
También cita que “el Reglamento Interno de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, prevé ejercer la facultad de atracción cuando se trate de una presunta violación a derechos humanos que por su naturaleza trascienda el interés de la entidad federativa e incida en la opinión pública nacional, siempre y cuando la naturaleza del asunto resulte de especial gravedad”.
¿De verdad los escribanos de la comisión estatal (con minúsculas) consideran que el caso “por su naturaleza” no incidirá en la opinión pública nacional?
O peor aún, ¿consideran que haber localizado el cuerpo de un bebé de seis días de nacido en un contenedor de un Cereso donde están prohibidos los ingresos de menores no resulta “de especial gravedad''?
Sobre la vida del menor, la no revictimización del mismo, la situación de los padres o el pésame por la muerte del bebé no hay ni una línea en las cuatro cuartillas que la CEDH destinó a su absurda batalla.
Líneas más abajo los estatales les afirman a los nacionales que nada de las entrevistas o reuniones realizadas a San Miguel o las PPL servirá porque, nuevamente, no habían notificado a su homóloga de Puebla.
Y ojo, no se trata de decir que la comisión nacional (también con minúsculas) esté actualmente dirigida por una persona capaz de atender casos tan delicados como este, se trata de subrayar que pelear “jurisdicciones” resulta absurdo y recalca la falta de sensibilidad y oficio político.
No nos distraigamos, el caso del bebé localizado sin vida en el Cereso continúa siendo “siniestro” y “gravísimo”, como ya lo calificó el gobernador, Miguel Barbosa.