A pesar que el municipio de Huachinango en el papel no pintaba como posible foco rojo durante los plebiscitos en juntas auxiliares del estado, lo cierto es que al final sí hubo sangre derramada con el presunto homicidio de Mariano Gregorio Gutiérrez, edil auxiliar electo en la comunidad de Xopanapa.

Simplemente, en cuestión de horas, las alarmas se encendieron en Huachinango.

Las primeras versiones por la muerte de Mariano Gregorio Gutiérrez apuntan a un plan bien ejecutado que dejó sin reacción a las autoridades municipales y estatales.

Entre los corrillos ministeriales ha cobrado fuerza la versión que el occiso fue levantado de su propia casa por un comando armado, justo cuando empezaba a celebrar su virtual triunfo.

Ni el sabor de la victoria lo dejaron disfrutar.

Es más, aún se persiguen pistas que puedan dar con la identidad de los responsables, aunque permanecen en calidad de “desconocidos”.

La muerte de Mariano Gregorio Gutiérrez se confirmó luego que su cuerpo fuera localizado cerca de una carretera del municipio, presentando heridas contundentes en la cabeza.

De entrada, la Fiscalía de Puebla ya cuenta con la carpeta de investigación y entre los principales móviles del crimen destaca su virtual triunfo electoral.

Mucho tendrá que investigar la FGE, porque no hay indicios sobre posibles amenazas en su contra, sin embargo, no se descarta que el occiso se haya enfrascado en alguna discusión con gente de la zona.

¿Hasta dónde llegará el lodazal en Huauchinango?

Sacan la barredora en PC Municipal

Donde los conflictos laborales parecen no detenerse, es en la Secretaría de Protección Civil Municipal de Puebla, tras la salida de su extitular, Gustavo Ariza Salvatori.

Al menos una decena de empleados de la dependencia habrían sido cepillados sin motivo aparente.

Es más, tras conocerse su despido el área de Recursos Humanos, sólo les habría dado la bendición para echarlos a la calle.

Algunos de los quejosos afirmaron que con la mano en la cintura se las cantaron directo.

Su despido debió concretarse al término de la administración pasada.

Además, para rematarla, los habrían dejado ir sin pagarles su finiquito.

Por ahora, los afectados ya buscan asesoría legal, por lo que no se descarta que una lluvia de denuncias laborales caiga sobre el Charlie Hall.

Y más porque se habla que el personal despedido era cercano al propio Gustavo Ariza.

Urge que en Protección Civil enfoquen las baterías en el cuidado de los poblanos y no enfrascarse en líos laborales.

Porque más allá de un asunto administrativo los despidos en masa siempre tendrán un sabor a vendettas o en el mejor de los casos, cacerías de brujas

Hasta la próxima.