El respeto a la cultura maya por mexicanos y extranjeros es algo innegable, por ello, haber estado en una competencia donde floreció esa civilización hace cientos de años, y nos dejó como legado sus impresionantes construcciones, da un mayor valor al participar

En 1997 tuve la oportunidad de estar junto con otros poblanos, entre ellos mi hermano Alipio en el triatlón de Chiapas, que se nadaba en la laguna de Catazajá. El panorama, desde un inicio, fue distinto al que había visto en otros eventos, no era lo típico, ahora sentiría lo que era participar en la selva e historia prehispánica

Catazajá es una majestuosa laguna donde, a través de un paseo en lancha, podrás disfrutar de aves, reptiles, peces y los manatís, está rodeada, principalmente, por amate, caoba, cedro, ceiba, chicozapote, guarumbo, hule y jimba. Pero ahora era el sitio para competir, y tal vez para los sabios mayas fue un lugar sagrado

Ese extraordinario lugar es hogar de algunos manatís, la simple idea de que de pronto sintieras la presencia de alguno de ellos mientras nadabas, era emocionante, ya que esos animales son pacíficos, no carnívoros, con los que se puede convivir en su hábitat

La vegetación alrededor del lago es impresionante; el sonido de los árboles, el canto de las aves que despiertan al sentir la presencia de extraños, relajaron a los competidores, era un contacto con la naturaleza que nunca había sentido

Y conforme voy narrando las experiencias de haber nadado en un volcán, en la playa, ahora era en un lago dentro de la selva chiapaneca, mismo que implicó otro reto, no distraerme por tanta belleza natural, ahí está la riqueza maya

Saliendo del agua el recorrido en bicicleta era hasta la zona arqueológica de Palenque, el principal centro ceremonial prehispánico que ha sido descubierto en Chiapas

Poco o nada pudimos apreciar del Castillo, o las pirámides, sólo escuchábamos ese ruido de los árboles y aves que parecían una sinfonía natural que nos informaba que cada pedaleada, era un metro menos que nos faltaba para concluir

Después de recorrer varios kilómetros, dejabas tu bicicleta en el estacionamiento del Museo de Sitio y corrías por caminos rodeados de árboles, y sintiendo el calor selvático que, sin una buena hidratación, puede generar problemas de salud

Por mi mente, además del deseo de concluir la competencia, pasaba disfrutar realmente la competencia, pues pocas veces se comparte una de este nivel con uno de tus hermanos, además de admirar el paisaje

Así corrimos hasta concluir esto o cruzar la meta justo en la zona de las ruinas de Palenque, me imaginé a los guerreros que llegaban a ese lugar sagrado después de una batalla siendo reconocidos por la gente; tal vez algo así era nuestro sentimiento, fuimos guerreros al nadar, pedalear y correr

Reconozco que es el triatlón más bonito en el que yo he participado y por supuesto el escenario de esa meta, justo en el centro ceremonial, es una impresión que invito al amable lector a visitar las ruinas de Palenque e imaginar que vas nadando o en la bici y correr un buen tramo, es espectacular

Como lo señalamos, el triatlón no sólo es un esfuerzo, o un castigo; Los deportistas no buscan flagelarse, sino disfrutar, y en ocasiones se tiene la fortuna de convivir con la historia

Recuerdo que al llegar al centro ceremonial, por un momento pensé en cómo los mayas hacían el mismo recorrido que nosotros, claro sin la bicicleta; ellos descalzos, y tenían que ir a comerciar sus productos

Hoy me entero que donde estuve es uno de los cuerpos de agua que tiene una gran tradición pesquera en Chiapas, la laguna de Catazajá a 28 kilómetros de la ciudad de Palenque, en este lugar existe una gran variedad de especies acuáticas, siendo las más importantes los manatís, nutrias, robalos, carpas, guabinas, langostinos, tortugas y una especie sin igual, el pez fósil llamado pejelagarto.