En medio de una cruel ola de mujeres desaparecidas, asesinadas y abandonadas, los fantasmas de casos que han cimbrado a México reaparecieron. Casos como el de La Paca o la niña Paulette que a la postre nos han vuelto incrédulos y con sobradas razones.

Regresó la imagen de Ciudad Juárez y los cientos de cruces rosas enclavadas en el desierto para recordarnos la falta de justicia para las familias que perdieron a una hija, hermana, madre o tía.

Y volvió porque durante la dolorosa búsqueda que han mantenido los padres de Debanhi, que no las autoridades de Nuevo León, se han localizado, hasta anoche, cinco cuerpos más de mujeres.

¿Quiénes son, por qué no se localizaron antes, cuáles fueron sus historias y en dónde están los responsables de esos crímenes?, son dudas que han quedado en el limbo.

Un sexto cuerpo localizado anoche en la cisterna del motel Nueva Castilla revivió a nivel nacional el caso de la universitaria.

Junto con ello retornó el recuerdo de la historia increíble de La Paca –Francisca Zetina- que en 1996 robó los reflectores noticiosos al “revelar” que en una finca de nombre El Encanto se encontraban osamentas, entre ellas, la que pertenecería a Manuel Muñoz Rocha, el presunto autor intelectual del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu.

Al igual que en esos años posteriores al salinismo, hace una semana el esoterismo volvió a presentarse como alternativa para resolver lo que las autoridades no han podido… o no han querido.

El 13 de abril la astróloga Mhoni Vidente dijo: “Ya van cinco días que lleva desaparecida esta niña y me sale algo muy trágico. La visión que tengo es que está en un pozo, cerca de ahí de donde la dejaron, es como un pozo o una caverna”.

Y así fue o al menos así apareció anoche un cuerpo más.

En la cisterna del motel que está al lado del predio donde se le vio por última vez a Debanhi se localizó un cuerpo.

El motel, por si la duda quedaba, había sido cateado hace 10 días por elementos de la Fiscalía de Nuevo León y en aquella búsqueda nadie localizó el cuerpo de la joven.

Por eso el grito de Mario Escobar, el padre de la universitaria, resultó tan lapidario: "13 días aquí, ¿cuántas veces estuvieron aquí?".

Sin embargo, su reclamo quedó en el aire porque ninguna autoridad ni los representantes de las comisiones Estatal y Nacional de Búsqueda pudieron explicarle porque no habían localizado a su pequeña en el primer operativo.

Y finalmente el fantasma de la niña Paulette reapareció precisamente porque resulta increíble entender que el cuerpo de Debanhi Escobar hubiera estado en esa cisterna, pero que nadie lo hubiera visto en la primera revisión.

Paulette apareció, como por arte de magia, tras un apagón envuelta en una sábana en el espacio entre el colchón y los pies de su cama. Nadie había encontrado a la menor, nadie detectó el olor característico que despiden los muertos y en el exceso, quienes durmieron en esa cama mientras duraron las investigaciones, no detectaron que faltaba una sábana y menos que a sus pies estaba un cadáver.

El trágico caso de Debanhi amaga con ser uno más de los que las autoridades terminan enterrando sin resolver y mucho menos encontrar y castigar a quienes matan a nuestras mujeres.