Se dice que cantado vale doble.

En enero de este año, le platicamos la primera parte de la triste historia de las cuentas de Genoveva Huerta Villegas a su paso por la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN) de Puebla.  

Ahora sabemos que son más de 7 millones y medio de pesos, que no se comprobaron del financiamiento a estructuras municipales.  

También sabemos que por lo menos 50 comités directivos municipales panistas, señalan que no recibieron financiamiento, sin embargo, ahora les están achacando adeudos.   

Asimismo, sabemos que hay más de 2 millones y medio de pesos de deudas, entre pago de impuestos al IMSS y al SAT del ejercicio anterior y otros pagos de distintos temas, que simplemente no hicieron.  

Un dato más es que en el presupuesto que se aprobó para esta nueva dirigencia, se dará el 21% más de financiamiento a las estructuras municipales, justamente para recuperarlas del abandono.   

Con Genoveva Huerta no hubo sesión para aprobar presupuesto para estructuras, por lo que “les dieron lo mismo” que en 2020 y eso los que recibieron, que no fueron todos, solo consentidos.  

También, dentro de las irregularidades que se investigan, se encuentran todos los contratos que Genoveva asignó a Eduardo Alcántara, quien entonces cobraba como asesor.  

Antes de la primera quincena de enero de este año, le revelamos que nada más las cuentas no salían ni con ábaco.  

Le adelantamos en este espacio, que las condiciones como dejó las oficinas de Bugambilias, no fueron muy buenas y las arcas de blanquiazul, estaban mucho peor.  

Incluso, entonces nos dimos a la tarea de investigar a través de la plataforma de Transparencia, donde encontramos como botón de muestra que durante su periodo de dirigente del PAN estatal, su personal no respetaba el reglamento vial.   

En ese lapso con los automóviles del partido, se ganaron 119 multas de tránsito, entre exceder los límites de velocidad e infracciones menores.   

Las multas no fueron pagadas y de este modo heredó poco menos de 63 mil pesos y sin contar que la camioneta a cargo de la entonces presidenta de partido, tenía más de 300 mil kilómetros y sin mantenimientos.    

Ahora por medio de amenazas, bloqueos y demandas, muy al estilo morenovallista, Genoveva Huerta, pretende frenar el tsunami que la ha sepultado.  

Ahora sabemos que es capaz de acusar sin pruebas y buscar el enfrentamiento incluso denostando a otra mujer.  

Lo bueno para el PAN, es que es notorio que la actual presidenta del blanquiazul, Augusta Díaz de Rivera y el secretario general, Marcos Castro, buscan alzar el tiradero que encontraron en el partido.  

Y el tiradero es en cuestión de votos, como administrativo.   

Día a día se acerca el 2024 y el PAN está en medio del punto de no retorno.  

O se hunde o resurge.  

Tiempo al tiempo.