El imaginario colectivo norteamericano está plagado de influencias de origen poblano. Desde conceptos gastronómicos como the poblano pepper o the molé, asociaciones culturales como el traje de China Poblana, o la celebración del 5 de Mayou

Por azares de historia y geopolítica, el 5 de Mayo ha sido interpretado por la sociedad norteamericana como la fiesta nacional de México, en vez del Día de la Independencia. La proporción de gente que lo celebra allá es inversamente proporcional a aquí; de este lado es una celebración muy acotada al estado, mientras que allá es una fiesta nacional. No conocer el contexto histórico de la batalla contra los franceses deriva obviamente en no asociar la celebración con el estado de Puebla, situación que se repite con cualquiera de los otros conceptos antes mencionados.

Asociar Puebla, su oferta cultural, turística, gastronómica y económica, con la celebración norteamericana del 5 de Mayo, sería el mayor éxito de relaciones públicas a nivel gobierno desde la creación de Cancún. Como reto es harto complicado.  

La celebración tradicional del otro lado de la frontera involucra beber margaritas, comer chimichangas y romper piñatas usando amplios sombreros del estilo revolucionario; todo bajo sutiles, y no tantos, despliegues de racismo y estereotipos hacia los mexicanos y mexicoamericanos.  

Desde el inicio de semana fue hecho de conocimiento público que la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden, hizo una atenta invitación a su contraparte mexicana, Beatriz Gutiérrez Müller, para la celebración del 5 de Mayo que realiza la Casa Blanca, esto desde el texano presidente George W. Bush.  

Lo que apenas fue hecho público el día de ayer, desde la mañanera estatal, fue la incorporación del gobierno del estado de Puebla como invitado especial para encabezar y hacerse cargo de los festejos más relevantes en la Casa Blanca. Esta operación, según lo declarado, fue arreglada entre el gobernador poblano y el embajador en Estados Unidos, Esteban Moctezuma.  

Van como enviados especiales los titulares de las secretarías de Economía, Turismo y Cultura, quienes elaborarán eventos culturales y de promoción. El campo poblano va representado por los productos emblema de la administración –café, mezcal y miel–, así como por la expresión cultural de los textiles de Hueyapan, con su presidenta municipal también siendo parte de la comitiva.  

Colocar a Puebla como foco del evento ante la sociedad norteamericana, a largo plazo, es un arma de doble filo. Muchos grupos de mexicoamericanos ya buscan mover las celebraciones de México al 15 de septiembre, día que comienza el mes hispano. Resaltar que es una celebración netamente local puede disminuir el ímpetu de las celebraciones

Sin reparar del futuro, esta es de las mejores iniciativas que han emanado del plan estatal para “revivir” a Puebla después del par de años covid, faltará medir el impacto, pero sin duda este es el camino de posicionamiento que debe buscarse a nivel estado. La frase que titula esta columna fue el slogan de Barbosa Huerta para enmarcar este empuje, esperemos permee

Un agrónomo armado hasta los dientes 

Cumple una semana que Ángel Yael, de 19 años y estudiante de ingeniería agrónoma en la Universidad de Guanajuato, fue asesinado de un disparo en la cabeza por la Guardia Nacional.  

En una de las típicas marranadas judiciales, la bala presentada no correspondía al arma a cargo del guardia imputado, al que se le acusó –indígnense– por el delito de “tentativa de homicidio”, pese a haber asesinado a un estudiante indefenso. El elemento ya fue liberado

Esto resuena con Javier Fco. Arredondo y Jorge Antonio Mercado, asesinados en el Tecnológico de Monterrey campus Monterrey y hechos pasar como “delincuentes armados hasta los dientes” por la SEDENA. Ver al cuerpo de intendencia de tu universidad, lavar del suelo la sangre de compañeros de institución, es una de las escenas que más han marcado a quien escribe este espacio. En 12 años no ha cambiado nada.