Desde hace 87 años mi vida ha estado ligada a Tehuacán, esa ciudad que en 1935 comenzaba apenas a ser conocida por sus aguas mágicas, y décadas después sería una potencia avícola, gracias a la Señorita Socorro Romero.
Cuando me invitaron a participar en un triatlón en Tehuacán, por mi mente pasaron diversas imágenes, una de ellas el cómo habría sido ese lugar hace 87 años, y dónde se ubicaba la oficina del juez, y es que para mí era importante pensarlo, ya que ese juez era José Bailleres Cortés, mi padre.
En 1996 tuve un reto en mi carrera profesional, el llegar a ese Tehuacán ya modernizado, sin las calles empedradas en el primer cuadro, y hacerme cargo de la sub Procuraduría Sur en el Estado. Ahí cuando pisé mi oficina, mi pensamiento era terminar con la corrupción, seguir el ejemplo de mi señor padre que también fue deportista.
Así Tehuacán marcaba mi vida, así como la de mi familia, e iniciaba una etapa en la que conocería a una guerrera que ha motivado a tehuacaneros y no tehuacaneros, la señorita Socorro Romero, mujer de pocas palabras pero de gran corazón.
Así en 1997 José Luis Rubira y otro grupo de jóvenes pertenecientes al PRI organizaron un triatlón en el lago artificial de San Lorenzo Teotipilco, y ahí estaban las aguas minerales famosas a nivel mundial.
En ese triatlón se nadaba en el lago artificial después ibas en bicicleta hasta el patio Nuevo Carnero, una subestación de tren, y de regresó para correr de regreso cinco kilómetros.
Este evento no fue tan demandante como si lo era un triatlón olímpico, pero el competidor debe mantener la seriedad en cada competencia, pensar que nada será sencillo, no exceder la confianza.
Recuerdo que cuando vi el trayecto, me mentalicé, y vi que hay riesgos, porque un calambre al nadar, una caída de la bicicleta, o al ir corriendo pueden estar presentes en cualquier momento.
Y así logré por primera vez hacer pódium no solamente de octavo sino en tercer lugar, esta vez tuve ese reconocimiento metálico que aún conservo en mi oficina.
Recuerdo con mucho cariño y agradecimiento a José Luis Rubira por haberse tomado la molestia de organizar este evento recuerdo mi trofeo y recuerdo que también incluía unos pants, estuvo muy bien organizado a la mejor la participación escasa y tal vez esto es lo que ayudó a que hiciera yo pódium pero siempre vale la pena participar en eventos a la mejor “chiquitos” que pueden hacer que quedes en un buen lugar.
Agradezco mucho a Cristian Jara Santoyo QEPD su apoyo y seguimiento en este evento.
Un honor participar en Tehuacán.