Ayer muchos secretos a voces se confirmaron durante la rueda de prensa de la Secretaría de Movilidad y Transporte, encabezada por Elsa Bracamonte.
De entrada los números reflejaron lo que habíamos advertido: casi nadie cumplió con la colocación de cámaras, botón de pánico y sistema GPS.
Sólo una de cada 100 unidades cuenta con lo prometido, es decir que aunque usted paga su aumento a la tarifa cada vez que utiliza el transporte público, 99 veces de cada 100 viajes, lo hará en un vehículo que no cuenta con estas herramientas de seguridad.
También se reconocieron varias cosas del reglamento que entró en vigor recientemente y que se habían estado ocultando, por ejemplo, que sí habrá mototaxis, con el atenuante de que sólo serán aprobados tras estudios.
Además la ley estipula que cada año habrá una revisión a la tarifa y aunque esto no por fuerza significa que anualmente aumentará el transporte público, ciertamente es una excusa legal para poder hacerlo.
Ha pasado más de un año de que la secretaria rindió protesta, ya se aprobó el nuevo reglamento, ya entró en vigor, ya se tiene la radiografía de las fallas en el sistema, de la falta de palabra de los concesionarios y hasta de las zonas en donde, como el Periférico Ecológico, es necesario dotar de nuevos derroteros antes que tratar de erradicar a los taxis pirata.
Esperemos que con estos datos y el marco legal vigente se comiencen a ver los resultados de un transporte público seguro, limpio y eficiente.
¿Podrán con el encargo?
Veremos y diremos.
Paz, al fin
¿Le ha pasado que de pronto simplemente quiere descansar y escucha un sonsonete a todo volumen con la frase “empanadas árabes, empanadas de crema”; o qué en la mañana de un domingo quiere estar tranquilo y pasa el vendedor de los tamales o el camión del gas?
Al parecer esa violencia sonora se terminará en los próximos días o al menos se regulará, pues ayer se aprobó en Comisiones una iniciativa para limitar el nivel del ruido.
De avalarse en el Pleno la Ley de Atención y Prevención de la Contaminación Visual y Auditiva para el Estado de Puebla ahora sí habrá posibilidad de sancionar a los comerciantes que ponen sus bocinas a todo volumen, hasta los podrían clausurar.
El ruido excesivo no es un asunto menor, afecta la salud de todos y esta iniciativa busca priorizar el respeto a los demás.
La iniciativa también pide que los ayuntamientos combatan la contaminación auditiva en casas habitación, talleres, centros comerciales, salones de fiesta, salones de juegos, discotecas, antros, clubes privados o públicos, ferias, encuentros deportivos y bailes populares. En resumen, todas las actividades públicas y privadas.
Antes de molestarse por tener que bajarle una rayita a su televisor o bocina, recuerde que para tener una convivencia adecuada, todos debemos poner nuestro granito de arena.
¿A poco usted no conoce a un vecino escandaloso que se ha montado en su macho con el falso pretexto de que “es mi casa y hago lo que quiero”?
Pues al menos ahora ya tendrá la ley de su lado y podrá pedir auxilio a las autoridades municipales.