No se espanten. Así lo dijo el presidente de la república en una de sus tradicionales mañaneras hace unos días, lo que nos remite nuevamente a pensar en la expresión de Porfirio Muñoz Ledo, cuando al referirse al presidente dijo que sufría de “envejecimiento cerebral”.
En lo personal pienso que fue un dislate que después de dos expresiones similares, corrigió para darle sentido a lo que estaba expresando.
Sin embargo, lo preocupante es que ya son varias veces que se confunde al momento de expresarse o de justificar lo que ha expresado, causando mayores dudas sobre su lucidez para expresar lo que realmente quiere expresar o en el otro extremo, para confundir a quienes lo escuchan y que sabe van a difundir hasta el cansancio, esas expresiones.
Dos ejemplos no dejan duda. El primero de ellos cuando proyecta una caricatura de Calderón (el caricaturista) donde se ve al presidente en un diván. El sostiene que es una hamaca y parece dar a entender que no entiende el contenido de la caricatura, hasta pasados tres minutos.
El segundo, cuando un periodista lo cuestiona sobre algunos funcionarios de la actual administración que ya habían sido funcionarios gubernamentales en el pasado, a lo que el presidente le contesta “es que antes quien sabe quien gobernaba”. El reportero le revira diciéndole que “los mismos que ahora gobiernan, eran del PRI y ahora son de Morena”. Ante tal afirmación, el presidente le responde de una manera desenfadada, “Sí, pero no somos iguales”.
Esto, sumado a que desde hace meses su hablar es cada día más lento y arrastrando las palabras, dicen los que saben, que puede ser lo que en medicina se conoce como bradilalia, es decir, una lentitud anormal en la articulación de las palabras debido a una lesión cerebral.
Sin embargo, yo insisto en que todo es parte de una estrategia comunicacional perfectamente bien diseñada por sus asesores y ejecutada por el principal actor político, el presidente, para lograr su objetivo: que no se hable, discuta o comente nada de lo que realmente le afecta al país y los pésimos resultados de su administración.
Ayer mismo se daban a conocer los datos en materia de seguridad y se dieron cuenta que en 3 años y medio que va de este gobierno, la cantidad de homicidios dolosos sumaron más que en seis años de gobierno del odiado Felipe Calderón.
Hoy mismo, la OCDE da a conocer la información del PIB (Producto Interno Bruto) de los 38 países miembros para el primer trimestre del 2022 y México aparece con el -2.7% de crecimiento.
En el lado de los energéticos, pese a que se aplica un subsidio del 100%, el precio de las gasolinas y el diésel se han incrementado en promedio en un 13%; el precio de la electricidad presenta una tasa de crecimiento cercana al 8% y la del gas natural, se acerca al 22%.
Estos son los temas en los que los mexicanos nos deberíamos de ocupar, en lugar de estar comentando si las expresiones del presidente son lentas o no.