Una experiencia que nunca olvida cualquier competidor, es llegar a Nueva Zelanda, ahí donde la danza Hada, de los guerreros Maorís muestra el coraje de los nativos, la disciplina que deben tener ante la batalla que se avecina, y el señalar al rival que les debe mostrar respeto, es en ese momento en que uno se convierte en un guerrero.
Así que el reto que nunca esperé, era competir en la isla norte, donde aún se preservan los extensos bosques y lagos con agua cristalina, pero sobre todo una cultura que reconoce como guerrero a cada uno de los que se atreven a participar en una disciplina como lo es nadar cerca de cuatro kilómetros.
Después de bañarse con agua fría, el haber entrenado en el ojo de agua de Orizaba, Veracruz, tratando de enfrentar la hipotermia, finalmente llegó el día de los 3.8 kilómetros que comprenden la parte de la natación de Nueva Zelanda, para ser un Ironman.
La salida es en el agua, se coloca un semáforo, hay tres torretas apiladas sobre la boya, cuando faltan cinco minutos prenden la primera torreta, mientras el competidor puede estar haciendo los estiramientos dentro del agua.
Pero hay magia en ese espacio ya que frente a los competidores se encuentran los Kayaks con personas de las tribus de Nueva Zelanda, vestidos con su uniforme de guerrero que vigilan que esté uno detrás de la línea de salida, y cuando, y cuando faltan 3 minutos, se prende la segunda, y la tercera cuando faltan dos, una mezcla de la modernidad y la tradición.
Para quienes participamos por primera vez nos sorprende que no sea un disparo de pistola, sino que la señal de arranque se da con la salva de un cañón que en el momento sólo nos muestra que es el momento de iniciar una batalla, pero ahora se recuerda como una de las salidas más especiales que he tenido como competidor, donde nos reconocían como guerreros.
Ya con la salida todos comenzamos a nadar en las heladas aguas del Lago Taupo que lleva el nombre de la ciudad donde se encuentra.
La temperatura del agua ese día fue de 10 grados, y permite imaginar a quienes se entrenan cuando incluso llega a punto de congelación.
El Lago Taupo según estudié antes de viajar, es el más grande de Nueva Zelanda. Para que te hagas una idea de la inmensidad de este lago, es casi del tamaño de todo Singapur.
En si un volcán, y ahora su cráter se llenó completamente de agua, esto luego que hace unos 26 mil 500 años entrara en erupción que fue tan grande que dicen que se oscureció el cielo de Europa y China.
Y esa curiosidad de saber dónde competiría pues así con el estruendo del cañonazo de salida, pues ahí ocurrió la mayor erupción volcánica de la tierra en los últimos cinco milenios.
Uno puede apreciar una de las rocas características del lugar que fue tallada por el pueblo Maorí hace cientos de años, con la que demuestran el respeto por ese lugar que ellos consideran sagrado.
El nado es en un rectángulo en una distancia de kilómetro y medio en línea recta, después cien metros hacia aguas profundas, y posteriormente regresa a la salida.
La seguridad por parte de los organizadores es un ejemplo, pues no solo son los Kayacs, sino las modernas motos acuáticas y las canoas características de esa tribu.
Así el Lago Taupo me dio la libertad, pues ahí no tuve que enfrentar la pared de una alberca, y lograr la distancia en una hora con dieciséis minutos, en la primera etapa de la competencia.
Y queda la enseñanza de que todos podemos ser guerreros, respetar al adversario, pero sobre todo no dejar de luchar un solo instante.