Tal parece que a muchos funcionarios del Charlie Hall les anda quedado bien bombacho el saco. Ahora donde nomás no dejan de haber reclamos es en la Secretaría de Bienestar y Participación Ciudadana, donde despacha Matías Rivero Marines.

Y es que en las meras tripas de la dependencia capitalina no dejan de llover a borbotones las broncas. Como dicen, apenitas abren el grifo y no para de salir problemas.

Pos resulta que mi chismoso de barrio ya rajó chipotle que nomás no faltan los mandos medios que andan bien norteados, y que de plano ni pichan, ni cachan ni dejan batear.

Como quien dice, se les nota a leguas que ni simples instrucciones pueden dar pa’ la banda y, es más, hasta la voz se les quiebra cuando el Mati Rivero los anda dejando de a solapa.

Y eso no es todo, pos no faltan los disque funcionarios que ya se sienten patrones, con el derecho de hacer lo que su rechiflada gana les da, a costa de los empleados.

Eso sí, y ni hablemos de cumplir a rajatabla con su chamba, pos a la primera de cambio no sólo llegan a deshoras, pos así como checan la entrada a diestra y siniestra, dejan la secretaría cuando se les hincha la gana.

¿A poco no anda enterado de estas reverendas chuladas el Mati?

Si a todas luces el mandamás de Bienestar y Participación Ciudadana debería tener todos los pelos de la burra en la mano y hacer que su dependencia funcionara como relojito de Zacatlán.

Encima de todo, como la pinche cereza del pastel, al frente de los puestos estratégicos hay gente que ni a licenciaturas llegan, lo que prende las alarmas por ser puestos de confianza.

Y conste, banda, no es por hacerla de jamón, pos lo mínimo que uno espera es que los departamentos sean comandados por personal preparado, con experiencia y mínimo sepan usar el ábaco.

¿Cómo no ha de enchilar a Lalo Rivera que ésta dependencia se mande con la ley de la jungla, y más cuando está en juego la credibilidad de una de las secretarías con más peso en su administración?

Y ahí nomás pa’ rematar, a ver si ya de plano mínimo le ponen agüita, papel y jaboncito a los baños. Muy chulas estarán las nuevas oficinas en Reforma 519, pero de plano si ni pa’ echar la firma y salvarse del Covidio sirven

Urge que saquen la barredora y echen a tanto vividor de Bienestar municipal, que a este paso al Mati Rivero se le están saliendo las gallinas del corral. Y lo peor de todo es que ni las manos mete.

Ahí se las dejo al costo.