Aunque Puebla siempre ha sido un laboratorio electoral, pareciera que ahora Andrés Manuel quiere utilizar otros estados para tantearle el agua a los tamales.
En Veracruz, para imponer a la secretaria de Energía, se realizó todo el andamiaje legal y los diputados locales levantaron el dedo para aprobar la llamada “Ley Nahle”, que autoriza que una persona que no haya nacido en el estado pueda ser gobernador o gobernadora.
En paralelo, desde hace algunas semanas en el puerto y muchos municipios veracruzanos se observan espectaculares agradeciendo a Rocío la refinería de Dos Bocas.
Los anuncios omiten que el capricho presidencial no refina ni un litro de gasolina, que salió mucho más caro de lo planeado y en el colmo, que los empleos o economía que detonen estarán en Paraíso, Tabasco, donde está instalada la refinería.
Pero Nahle no es la única consentida de AMLO a quien le preparan el terreno.
Regresa al Edomex
Delfina Gómez es la otra corcholata del presidente. Aunque ayer se notificó que la aún secretaria de Educación Pública fue la mejor posicionada en la “encuesta de Morena”, dichos estudios demoscópicos han sido históricamente tan opacos que resulta obvio que los ganadores son elegidos por dedazos.
Para Delfina y López Obrador el traslado de la SEP a Puebla puede esperar unos meses o años más. La prioridad será darle a la exalcaldesa de Texcoco todos los recursos para, ahora sí, ganarle al PRI uno de sus bastiones.
La batalla no será fácil, pero Andrés Manuel está dispuesto a ir a la guerra. La apuesta no sólo es para derrotar al PRI en su territorio o para tener a una incondicional más en el estado con mayor padrón electoral.
Beatriz en probeta
Tanto en Veracruz como en el Estado de México los experimentos electorales se realizarán con ánimo de conocer cuáles son las mejores estrategias para posicionar a mujeres en los gobiernos estatales.
Sin duda un aprendizaje muy necesario para el 2024 cuando, como ya lo he dicho, Andrés Manuel intentará colocar a la “no primera dama”, Beatriz Gutiérrez Müller, como gobernadora de Puebla.
Esa es realmente la intención de AMLO al postular e impulsar a dos de sus incondicionales a las gubernaturas de los estados colindantes con Puebla.
De ahí que el discurso político que pueda lanzar este viernes el presidente en Tlaxcala, donde ya gobierna una mujer morenista, deba ser escuchado con suma atención.
El 2024 está a la vuelta de la esquina y Andrés Manuel, ya demostró, que lleva prisa.