En las últimas horas, como sucedía hace muchos años, comenzó la “cargada” a favor de una diputada, a quienes más de uno ya ven como próxima presidenta estatal de Morena.  

El “destape” o la “línea” es tal que ya hasta se habla de su suplente en el Congreso y de los trámites que deberá cumplir la aún diputada para no infringir las leyes del movimiento lopezobradorista.  

Sin duda se debe celebrar que cada día más mujeres encabecen los puestos clave en todos los espacios, sin embargo, lo que no puede aplaudirse es que en Morena las reglas sean tan laxas.  

Cuando anunciaron la división por géneros para garantizar que al menos la mitad de los estados cuente con una presidenta estatal, se dijo que en Puebla el próximo líder sería hombre. Situación que cada vez se ve más lejana.   

Con esa misma ligereza, las autoridades nacionales del movimiento de Andrés Manuel aplazaron una, dos, tres veces la fecha de publicación de las listas que por fin se presentaron ayer por la noche.  

Tras la oficialización de las y los consejeros estatales se prevé una avalancha de impugnaciones que podrían saturar a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena (CNHJ) o al propio TEPJF.  

Sin duda quienes estén interesados en disputar o rebatir los resultados publicados podrán tener elementos y pruebas suficientes, para poner en aprietos la siguiente fecha clave que será el fin de semana.

Y es justamente lo apretado de las fechas lo que pondrá un poco más de tensión en el próximo Consejo Estatal, porque ante la cercanía de las fechas está claro que la famosa “operación cicatriz” no podrá realizarse.  

La falta de esta cicatrización, el mugrero con el que se realizaron las asambleas y hasta la desorganización, aunado a la ligereza con la que cambian las reglas es lo que me lleva a recordar que este juguete electoral de Andrés Manuel no es un partido político.  

No respeta a las instituciones, no cree en la democracia y lo peor, arrastra a sus militantes a aceptar decisiones tan opacas como las famosas encuestas que nadie conoce o que los representantes de Morena sean electos por tómbolas.  

Es verdad que se trata de una agrupación política joven, pero eso no debiera ser la excusa, para que un puñado de vulgares ambiciosos hagan y deshagan con una marca que algunos siguen viendo como salvación.

El cochinero invisible de Morena

Sin vergüenza ni recato alguno, para la dirigencia nacional de Morena las elecciones del pasado 30 de julio, en donde Intolerancia Diario y muchos medios más denunciamos la compra de votos, el acarreo y hasta la quema de papeletas, fueron dignas de ser avalas.  

Así, desde un escritorio aprobaron y dieron validez a las elecciones ejemplares, también a las sucias y hasta las que fueron un auténtico mugrero. Avalaron parejo.