La política puede ser vista de dos formas: Como “el arte con técnica para gobernar”; o como “el arte de comer sapos sin hacer gestos”.
Bajo esa lógica, hemos visto en una misma semana dos formas de hacer política en dos ámbitos distintos, el local y el federal. Lea y juzgue usted mismo.
La aprobación unánime de la Reforma Judicial en el Congreso de Puebla refleja que a diferencia de lo que sucede en el Legislativo federal, aquí los partidos pudieron llegar a acuerdos para sacar una modificación integral que, si bien puede tener asteriscos, promete ser una norma que eleve la calidad e impartición de justicia en el estado.
El voto a favor de los panistas, que era el más difícil de conseguir, refleja entre otras cosas, que existe voluntad política para sumarse en estrategias o reformas que realmente sean por el bien común.
No soy iluso ni considero que las negociaciones para lograr la unanimidad en el congreso a favor de la propuesta del gobernador, Miguel Barbosa, hayan sido tersas.
Pero al final eso es la política, negociar, presionar, ceder, intercambiar y se demostró que al menos en el estado es viable llegar a consensos, sin duda, resultado de la voluntad de ambas partes.
A nivel federal difícilmente veremos eso, principalmente porque quien debería ceder, como parte de las negociaciones, es un hombre visceral y caprichoso que no acepta ninguna modificación a sus propuestas ni intercambiar para que se le aprueben sus iniciativas.
Desde Palacio Nacional nos han demostrado una y otra vez que lejos de hacer política y negociar, los cabilderos están llamados a extorsionar o atacar a quienes no comparten sus ideas, destruyendo así cualquier puente para lograr acuerdos.
La concertacesión debe ser reconocida como una herramienta bastante funcional para hacer que las reformas transiten y se evite un estancamiento o parálisis legislativa. Eso lo saben los verdaderos políticos.
Regresando al caso Puebla, es probable que al final la bancada de Acción Nacional se haya llevado a casa la promesa de aprobar alguna de las iniciativas que presenten, esperemos que, de ser así, utilicen este comodín para legislar algo trascendental y que beneficie a la mayoría de los poblanos.
¿Serán capaces o desperdiciarán su comodín?
Veremos y diremos.
Regateando abrazos
La renuncia de Tatiana Clouthier será tema en los próximos días ya que a nadie nos convenció aquello de que se trata de “motivos personales”.
Sin embargo, el aspecto que más llamó la atención en redes sociales de esta dimisión fue el abrazo que Andrés Manuel López Obrador le negó a una colaboradora que le acompañó desde hace años, desde la campaña.
La salida de Clouthier debe ser el espejo de todos los colaboradores, llámense secretarios, empresarios o amigos, del inquilino de Palacio Nacional, quien demostró que no importa cuánto hayan trabajado por el proyecto de la 4T, cuánto estuvieran convencidos de la causa o cuánto hubieran sacrificado en sus vidas personales. Al final cuando el mesías ya no está desacuerdo simplemente desecha a las personas de las que se sirvió y que lo ayudaron a estar donde hoy está.
No es el primer caso. No será el último.