Las inapropiadas declaraciones de Jorge Cruz Lepe, secretario de Gobernación municipal, sobre la incrustación de funcionarias públicas en colectivos feministas reflejan la manera en la cual el funcionario considera que se debe atender la política interna de la capital.   

Aunque no lo dijo, de sus palabras podríamos deducir que también ha incrustado a otros servidores públicos dentro de otras agrupaciones sociales, bajo el pretexto de cuidar la gobernabilidad del municipio.  

Infiltrar personajes para luego reventar movimientos no es algo nuevo, sin embargo, en pleno 2022 uno esperaría que los funcionarios públicos de tan alto nivel tuvieran otras estrategias y herramientas para entablar diálogos y consensos con las agrupaciones sociales, llámense colectivas, ONGs o cualquier grupo social.  

Sin duda las acciones que se toman desde el propio Ayuntamiento, como capacitar al secretario y a su equipo en materia de perspectiva de género y derechos humanos de las mujeres es un buen paso para deconstruir conceptos

Pese a ello, la medida difícilmente generará la confianza necesaria de las diferentes agrupaciones con las que suele tratar Cruz Lepe y sin ese puente de fe, poco o nada se podrá avanzar.  

Habremos de ver en tiempo real, si las capacitaciones y sensibilizaciones en temas de género realmente permiten un cambio en el discurso y en los hechos del hombre que debe velar por la gobernabilidad de la ciudad.

La apuesta tecnológica 

Un enorme cerebro tecnológico que lo mismo pueda identificar cuántos usuarios están dentro de una unidad que el tiempo exacto que tardará en pasar el siguiente camión o a qué velocidad se realizaron los viajes, es la gran apuesta de la administración estatal.  

En la licitación pública nacional GESAL-272-489/2022, independientemente de cámaras de video vigilancia, contadores de usuarios y botones de pánico para el transporte público, se solicita un software capaz de agrupar los datos personales de los choferes, de los concesionarios y hasta los detalles de las unidades.   

Esta información será parte del gran cerebro que también podrá rastrear a las unidades del transporte público de Puebla en tiempo real, conociendo si las unidades se salieron del camino indicado, cuántos pasajeros tienen, cuál es la cantidad de viajes que han realizado, a qué velocidad, si han salido con retraso de las bases o si han retrasado su camino.  

Toda esta información, que se prevé pueda ser recibida en el C5 podría permitirle a los usuarios saber exactamente en cuántos minutos pasará la siguiente unidad y en casos de asaltos, ser apoyados a la brevedad.  

A la secretaría le ayudaría a conocer en tiempo real qué choferes están trabajando en ese momento, qué unidades están viajando a exceso de velocidad, qué rutas no cumplen con los horarios establecidos (hasta las 23 horas) y hasta cuáles son los “atajos” que toman algunos conductores en detrimento de los pasajeros.  

En pocas palabras, la Secretaría de Movilidad y Transportes apuesta por el control total de las unidades de transporte público, lo cual, ante el enorme número de quejas y accidentes, suena una buena idea.  

Ahora habrá que ver si tanta tecnología es aplicable a las unidades actuales, pues en voz de su propia titular, nueve de cada 10 vehículos son chatarra.