Días previos a su desaparición, específicamente el 16 de diciembre, la fundadora y presidenta del Frente Poblano de Mujeres Contra Deudores Alimentarios, Sheridan Mata Balderas, denunció que su expareja -y el supuesto padre del hijo que estaba a días de dar a luz- la violentaba.

Esa situación alarmó a las autoridades quienes el pasado 31 de diciembre anunciaron la localización de la activista Sheridan Mata Balderas, después de permanecer cuatro días en calidad de desaparecida.

El hombre al que acusó como su presunto violentador fue a Iker Galeano Arellano, futbolista poblano de 24 años que actualmente juega en la Segunda División con Mexicali FC Club Dragones

A través de una misiva dirigida al presidente del equipo Club Dragones, Mata Balderas denunció al nacido en San Pablo Anicano por violencia.

“Lo exhorto a que su club adopte una política de cero tolerancia a la violencia contra las mujeres. Es preocupante que se permita encubrir un presunto agresor en una institución deportiva, un espacio que debería promover valores como la igualdad, el respeto y la responsabilidad social”, escribió en un su momento y además explicó que en 2022 inició una relación sentimental con Iker Galeano, durante la cual quedó embarazada.

“Él me acompañó hasta el segundo trimestre de gestación, pero posteriormente, mediante engaños, me hizo viajar al estado de Baja California, donde me abandonó en el aeropuerto a pesar de mi estado de vulnerabilidad con siete meses de embarazo. A partir de este abandono he enfrentado diversas formas de violencia”, ahondó.

El 28 de diciembre se supo que a Galeano se le abrieron tres Carpetas de Investigación ante la Fiscalía General del Estado (FGE) por delitos de abandono, ciberacoso y violación a la intimidad de Sheridan Mata.

Sin embargo, previo a esto, la activista viajó hasta Mexicali para imprimir y pegar volantes afuera del estadio de Fútbol de la Ciudad Deportiva de Mexicali, casa de los Dragones, acusando gravemente al futbolista.

Foto: Especial

 

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Foto: Especial
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Embarazó a su novia en Puebla y huyó a Mexicali; se niega a pagar el parto. Hace dos meses la engañó para viajar a Baja California, la abandonó en el aeropuerto Tijuana y fue asaltada. Ha orquestado campañas de desprestigio y amenazas contra ella y su hijo por nacer, en redes sociales. Exigimos al Equipo de Futbol Dragones que no lo encubra, ni solape”, se leían en los flyers.

Posteriormente, convenció a un colectivo contra deudores alimentos de Mexicali para que distribuyeran personalmente los volantes a los aficionados del Club Dragones durante un partido oficial.

A usted, ¿no le suena conocido este modus operandi?

Fuentes al interior de la Fiscalía confiaron a este periodista que Sheridan Mata sería la orquestadora del acoso contra la exjugadora del Club Puebla, Lucía Yáñez, quien dejó el país después de que fuera constantemente intimidada.

El hogar de Yáñez fue apedreado, ella fue acosada en redes sociales por distintos perfiles y exhibida a través de volantes fuera y dentro del Estadio Cuauhtémoc el pasado 8 de julio, de acuerdo con información publicada por GRADA.

Después de que Iker Galeano fue enjuiciado (mediáticamente) local y nacionalmente como el posible responsable de la desaparición, los 66 actos de investigación, así como labores de gabinete y de campo, demostraron que Mata Balderas nunca estuvo desaparecida, tampoco embarazada.

Desde Intolerancia Diario compartimos la preocupación de activistas que legítimamente exigieron su localización, también nos sumamos a las labores de difusión para ubicarla sana y salva. La mentira de su embarazo y la decisión propia de “desconectarse” de sus familiares y amigos no mermará nuestro compromiso.

Sin embargo, cabe la duda, ¿Ahora quién reparará la reputación de un jugador de fútbol que fue difamado?, ¿Quién responderá por los daños económicos, morales y psicológicos de Lucía?

Creo que llegó el tiempo de no darles cheques en blanco ni credibilidad llena a las activistas feministas por el simple hecho de autodenominarse como tal.

El costo para los movimientos legítimos puede ser muy alto.

Y si no, al tiempo.