La autenticidad tiene que ver con lo original. Lo que se muestra tal y como es. El Padre Francisco Ugarte, quien fuera vicario regional del Opus Dei en México, explica que el fundamento de la autenticidad es la identidad: "Una persona que está identificada consigo misma, que su forma de actuar coincide con su forma de ser, es auténtica".

Isaac Fonseca es auténtico. Su sonrisa, su sencillez, la forma que tiene de expresarse tanto en el ruedo, como fuera de él, reflejan fuerza interior y ganas de ser. 

Uno de los momentos más emotivos de su presentación como matador de toros en México fue el brindis a su abuela. Fonseca se acercó a la barrera y, con la candidez que le caracteriza, dijo: "Porque tú también eres un pilar fundamental para mí. Me da felicidad que estés aquí en esta tarde tan importante. Tú eres mi razón de existir. Eres también la mujer de mi vida. Te amo con todo mi corazón. Va por ti".

Acto seguido, se fue al centro del ruedo, encajó las zapatillas en la arena e hizo un escalofriante cambiado por la espalda. Después hizo lucir a un bravo toro de Torreón de Cañas al que le dio todas las ventajas para que mostrara nobleza, recorrido y emotividad.

A mi alrededor estaban aficionados que habían viajado de Monterrey, Zacatecas, San Luis Potosí, León, CDMX y Guadalajara para ver a este prometedor torero moreliano.

La conclusión de mis vecinos de barrera es que Isaac Fonseca es auténtico. Aunque es igual de valiente, a diferencia de muchos de sus contemporáneos, no copia a Roca Rey, ni a nadie. Torea como Isaac Fonseca.

Mientras veía los distintos gestos que llevó a cabo durante la corrida en Morelia, me acordé de un diálogo que tuve con uno de los toreros mexicano punteros de la actualidad (es decir, de los que más corridas torean) después de una tienta en la ganadería de San Mateo. Le pregunté que por qué toreaba como los españoles. Se encogió de brazos, bajó la mirada y dijo: "porque ahí aprendí a torear". 

Hay una diferencia entre un artista y un artesano. El primero intenta ser original, crear y expresar lo que lleva dentro. El segundo reproduce en forma mecánica, puede tener una gran técnica, pero se limita a copiar. 

El poeta Tomas Segovia dice que el artista moderno exclama: "Non serviam, no seré siervo". Y afirma que lo que atañe en el arte es el genio o la originalidad.

El pintor alemán Caspar David Friedrich resalta la importancia de la percepción interior. Dice: "Cierra tu ojo corporal, para que veas primero tu pintura con el ojo del espíritu. Entonces, deja salir a la luz lo que viste en la oscuridad, para que puedas ejercer su efecto sobre los otros, del exterior al interior". 

El que es auténtico defiende los valores en los que cree. No intenta aparentar  por quedar bien. No sede a chantajes. Por eso molesta al establishment y es presa de mordaces críticas de quienes procuran mantener el orden establecido. 

Fonseca no sólo se enfrentó a seis toros con edad y con trapío, sino una inercia que ha mantenido a la fiesta mexicana en un letargo. En Morelia hubo emoción y peligro.