Auditorías arbitrarias a quienes disienten, retención de nóminas, arrendamientos y obras sin transparencia, intrigas, colocación de recomendados y uso del Poder Judicial para apalancar un proyecto político propio, son parte de las acusaciones contra el presidente del Consejo de la Judicatura, Carlos Palafox.
La historia es larga y compleja, así que iremos por partes.
Cuando el presidente se encuentra con alguna barrera que le impida imponer su voluntad, Carlos Palafox -como en el morenovallismo- utiliza el garrote y a través de auditorías presiona a magistradas, magistrados, juezas, jueces u órganos administrativos.
De esa manera el consejero evita que alguien lo contradiga o que existan los contrapesos necesarios en el Poder Judicial.
Quizá por ello nadie se ha atrevido, al menos públicamente, a cuestionarle sobre las obras que mandó a realizar tras el fallecimiento de Miguel Barbosa o el arrendamiento de un edificio entero.
Palafox Galeana también tiene otros métodos de “convencimiento”. No son pocos los servidores públicos que han padecido los “olvidos” o las instrucciones del presidente, quien escudado en la detección de aviadores, ha retrasado o suspendido pagos, pese a que se trata de una práctica laboral totalmente ilegal.
Para afianzar su puesto, Palafox también intervino en la redacción de las leyes secundarias a la Reforma del Poder Judicial. La soberbia le hizo pensar que el gobernador, Sergio Salomón, no detectaría esos “detalles”, para hacerse un traje a la medida.
No sólo su intervención en el Poder Legislativo lo tiene en la mira, también su falta de verdadero trabajo, pues en tres meses no ha firmado ni un acuerdo de Consejo, quizá porque está más ocupado en gestionar recursos con alcaldes, entrevistas o sus giras al interior del estado.
Fuentes al interior del Poder Judicial también han confirmado que Palafox ha colocado a jovencitas con poca o nula experiencia en puestos con remuneraciones que rondan los 45 mil pesos al mes.
Como ejemplo está el caso de la encargada de “Planeación Estratégica”, una ingeniera industrial, que ni siquiera conocía Ciudad Judicial en fotografía.
Además viola parte del organigrama al utilizar personas como Vania Giovanna Peñasco Sosa para “bajar” instrucciones o envía citatorios u oficios vía whatsapp, sin la formalidad que se requiere.
Pese a la colocación de mujeres con excelente “presentación” en puestos clave, Carlos Palafox no es incluyente ni trabaja para erradicar la violencia de género, pues desde su oficina han salido acciones que fácilmente podrían encuadrar en violencia laboral contra la magistrada presidenta, Margarita Gayosso Ponce, siempre con la falsa idea de que cuenta con todo el respaldo del gobernador.
La información proveniente de diversas áreas tanto jurídicas, como administrativas al interior del propio TSJE es basta y detallada, por cuestión de espacio, en esta entrega sólo les he dado una probadita de lo que sucede en el interior del poder encargado de la impartición de justicia en el estado.
Y por si fuera poco, ahora este personaje está obsesionado en crear una imagen que lo ponga en la lucha por el 2024, en lo que se puede resumir como el autodestape —sin gas— de una oxidada corcholata.
Y ahora la pregunta que impera es:
¿Cuánto tiempo podrá sostenerse Carlos Palafox como el hombre fuerte del Poder Judicial?
Veremos y diremos.