Desde que Rafael Moreno Valle se postulaba para ser gobernador de Puebla, en esta misma columna advertí del riesgo económico que eso representaba para Puebla.

Durante su sexenio, las páginas de Intolerancia Diario dieron cuenta del desfalco millonario que se realizaba al erario, de los fideicomisos opacos, de las obras con sobrecostos, del negocio detrás de la concesión del servicio de agua y claro de los dolosos PPS.

Se trataba, señalamos en su momento, de deudas que nos heredaría a los poblanos a largo y muy largo plazo.

Por más que Rafael repetía que todo lo había logrado sin un peso prestado, nosotros explicamos que su frase era, cuando menos, engañosa.

Obras como las plataformas de AUDI, el CIS, la Estrella de Puebla, el Teleférico, el Museo Barroco y varios puentes atirantados con sus iniciales, fueron adquiridas con costosos pagos a futuro.

Ayer, durante la conferencia de prensa mañanera, tanto el gobernador Sergio Salomón, como la secretaría de Finanzas, María Teresa Castro Corro, reiteraron que el tiempo nos dio la razón: Moreno Valle saqueó las finanzas de los poblanos y nos dejó deudas que seguimos y seguiremos pagando.

María Teresa Castro detalló paso a paso cómo fue qué de tener 700 millones de pesos a favor, Puebla terminó pagándole más de 2 mil 600 millones de pesos al SAT.

Básicamente el “truco” estuvo en la solicitud que realizó el gobierno de Rafael Moreno Valle al SAT, para que le devolviera 700 millones de pesos, cuando Puebla no estaba adherido al convenio pertinente.

Para esta “transa-acción” se contrató, incluso, asesoría particular, por lo cual se puede deducir que tanto los “asesores” como quienes dieron las órdenes y las ejecutaron sabían que estaban timando al SAT.

Ante ello el Sistema de Administración Tributaria (SAT) acusó -y con justa razón- dolo en el procedimiento y así pasamos de tener 700 millones a favor, a deber 2 mil 600 millones de pesos.

Para darnos una idea de lo que representa ese monto, podemos decir que es la mitad de todo el presupuesto anual del Ayuntamiento de Puebla. De ese tamaño es el golpe financiero.

Y desearía pensar que con eso se subsanan los adeudos y costos que nos heredó Rafael Moreno Valle, por desgracia está claro que sólo es parte del hilo de una enorme madeja que poco a poco iremos desenredando.

Por lo pronto, la advertencia del gobernador, para buscar y sancionar a los funcionarios públicos que en su momento permitieron y participaron en este carísimo enredo, parece ser un buen inicio para evitar que en Puebla se repitan acciones como estas.

No estaría de más que los diputados locales también se pusieran las pilas, revisaran las leyes y propusieran iniciativas o candados para evitar que nuevos vividores saqueen las finanzas públicas.

¿Cómo repercutirá este enorme recorte del presupuesto en lo que resta del año?

Veremos y diremos.