Tremenda enchilada la que se llevaron los carnales voceadores de esta Puebla cemitera, luego que el viernes pasado desde el Charlie Hall se ordenara el retiro de casetas, con el pretexto de la rehabilitación de calles en el Centro Histórico.

Y es que de la noche a la mañana al menos diez casetas fueron cepilladas, ahí por la zona de la 6 hasta la 14 Poniente, sin antes lograr acuerdos con los voceadores.

Como quien dice, la Dirección de Desarrollo Urbano, les aplicó la chicanada de llevarse las casetas, con apenas un oficio girado al vapor, pa’ salirse con la suya.

Y es que sin tentarse el corazón, a las chambeadoras no les quedó de otra que ver cómo se llevaban su fuente de trabajo por 30 y hasta 50 años, en el centro camotero.

Cómo no, si entre las afectadas estaban mujeres que le han dedicado la vida a informar a los poblanos y, de paso, ir librando la crisis luego de haber sufrido los estragos del maldito Covicho.

La Netflix, banda, ¿a poco se merecían esos tratos, y más cuando ya se había pactado con el Charlie Hall desde el año pasado que no serían removidos, a menos que hubiera un acuerdo?

A diferencia de los ambulantes, los voceadores son carnales de ley, que lo único que buscan es chambear en lo suyo y salir adelante, y más cuando familias enteras dependen del “diario nuestro de cada día”.

Por eso, no es de extrañar que en chinga se prendieran las alarmas en el gremio, y salieran a las calles a reclamar lo justo, que se respetara la palabra y al acabar las rehabilitaciones del centro, le cayeran de nuez.

Y es que mi chismoso rotativo ya rajó canela que entre la presión mediática y los dos plantones que les armaron, mágicamente al Jorgito y todo su séquito de la Segom les entraron las ganas de llegar a nuevos acuerdos pa’ que regresen a chambear apenas terminen las obras en el Centro Histórico.

Es más, ahora resulta que los diez voceadores afectados estarían de vuelta allá por el mes de noviembre, y con la promesa de estrenar hasta diseños frescos de casetas.

Ahora la pregunta es: ¿cómo y dónde venderán sus periódicos y revistas durante los siguientes seis meses?

De eso y otras cosas, su héroe de barrio andará como siempre al tiro.

Y recuerden, carnales voceadores, no están solos.