La historia que hoy les contaré no tiene desperdicio. Sucedió en pleno 2023 en un pintoresco pueblito cuya antigüedad data de hace 8 años y 8 meses, época en la que fue “fundado”.
Gracias a esta milenaria ciudad —contada en días— su fundador decidió esta inverosímil proclamación.
Les cuento.
Érase una vez, en el lejano mes de mayo de 2023, justo en la frontera de lo que hoy son los estados de Puebla y Tlaxcala, que el empresario cholulteca Adolfo Blanca, decidió autoproclamarse Rey de Val’Quirico.
Por ridículo que pueda sonarle, nuestro personaje no se conformó con dirigir el hechizo pueblito de corte italiano construido en los límites de esos dos estados, sino que decidió echar la casa por la ventana para organizar un evento en el que se anunció que Val’Quirico sería condecorado y reconocido como el primer Reino de México.
Échense ese trompo a la uña.
Así como usted lo lee. El modelo de recreación de pueblitos europeos cuyo éxito económico está fuera de dudas, le pareció ideal a don Adolfo, para justificar el nombramiento de los Reinos de México.
Por si fuera poco, aprovechando la conocida arrogancia y el protagonismo de los funcionarios de la 4T, el ahora Rey de Val’Quirico invitó al magno evento al Secretario de Turismo Federal Miguel Torruco Marqués, así como a la Gobernadora de Tlaxcala Lorena Cuéllar y a varios funcionarios de menor calado, quienes presenciaron la ceremonia en la que se dio el glamoroso nombramiento a este desarrollo inmobiliario y turístico.
Quienes ya lo visitaron y que pensaban que habían conocido un simpático y pintoresco pueblito que recrea algún rinconcito europeo, podrán sentirse orgullosos de haber pisado el primer Reino de México.
Nada más faltó que aprovechando la presencia del representante de AMLO y de la gobernadora tlaxcalteca, les hubiera pedido que lo coronaran delante de sus nuevos súbditos.
Total, qué tanto es tantito.
Poblanos… Viva el Rey
Lo que en esa ceremonia nunca se mencionó, es la creciente cantidad de demandas que se han venido acumulando en contra de Grupo Abanza que dirige Adolfo Blanca.
Porque una cosa es el concepto que en términos económicos ha generado importantes utilidades a los socios y que no es de autoría exclusiva de Blanca, sino de varios de los socios fundadores y otra cosa es la administración de la Inmobiliaria Abanza de la que se desprenden sendas inconformidades de inversionistas y comerciantes a quienes parecen haberles incumplido.
Pero esa es una larga historia que Intolerancia Diario abordará en próximas entregas.
De momento, —y no se rían— celebremos que tenemos en Puebla el primer rey de México.
Viva el rey.