Los rabiosos y polarizantes discursos que cada día lanza Andrés Manuel López Obrador desde su mañanera son el combustible perfecto para que más de un ciudadano piense en la no descabellada idea, del riesgo que corre Xóchitl Gálvez.
Yo mismo lo comenté el pasado 17 de julio, en este espacio, en la columna que titulé: Xóchitl ¿una rival a vencer o a desaparecer?
El factor Xóchitl ha puesto tan nervioso a López Obrador que los primeros errores han saltado a la luz. La “revelación” que hizo el presidente sobre las presuntas ganancias de la empresa privada de Gálvez prenden las alarmas…
Muchos ataques, hasta ahora, habían quedado en el aire, no se habían atrevido a tanto, sin embargo, el nerviosismo de López Obrador está a punto de generar una tragedia. Si hay algo que hoy me preocupa -aunque me digan que exagero- es la vida y la seguridad de Xóchitl Gálvez.
Está visto que estos señores están dispuestos a todo con tal de mantener su Cuarta Transformación que no transforma nada y todo destruye.
Mi inquietud es tal que el pasado martes, en la entrevista que le realicé a la senadora justamente le pregunté sobre el tema y aquí lo retomo:
-Hablando de este tema de la seguridad… un presidente que se ha atrevido a tanto, a primero cerrarte las puertas de Palacio y después vimos cómo se ha metido en tu vida privada, usando la estructura del Estado… Es (AMLO) un hombre que se lleva con la mamá del Chapo, por ejemplo, no de repente te genera un temor en tu vida?
-No. No soy una mujer que tenga miedo, de verdad no sé si porque tengo una vida tan dura donde me tuve que curtir desde los 16 años en una ciudad violenta, vivir en Iztapalapa, ir a la UNAM. Vivir en un cuarto de lámina, me hizo ser una mujer fuerte, he tenido que vencer muchas adversidades, empezar tu propia empresa de nada, enfrentarte pues que a veces no te pagan, que no hay para la nómina.
No. Yo soy una mujer fuerte, no tengo miedo, es lo que quisiera el presidente, eso él lo quisiera que yo estuviera temblando y no.
Yo me divierto, no está prohibido ser eficaz y ser divertido… él sé que está enojado últimamente con la vida.
Esta inquietud también ha llegado a las llamadas “plumas nacionales” y es ahí donde al presidente Andrés Manuel, con todo y que siempre niegue el poder de los grandes medios, comenzó a responder.
Lo malo es que no lo hizo para darle garantías a la aspirante a sucederlo ni para explicarnos cuáles serán las estrategias de seguridad que aplicará, no, lo hizo para mofarse y para nuevamente ponerse o tratar de colocarse en el centro de la discusión.
“Estoy viendo una campaña muy sucia, muy perversa, muy inhumana, muy autoritaria, fascista, de mucha maldad” y luego agregó que esta preocupación que hemos externado, se trata de algo planeado, que no es una inquietud orgánica sino “orquestada, cuando mucho hace una semana”; claro está, por gente “vinculada a Salinas de Gortari”.
No señor López, no se equivoque. Si más de una decena de periodistas consideramos que existen los elementos para preocuparnos por la seguridad de Xóchitl Gálvez es porque en su discurso y polarización diaria encontramos los cerillos necesarios, para prender esta mecha.
Ni más ni menos.