Hace un mes y una semana que Julio Huerta anunció, sin cuidado alguno, su renuncia a la Secretaría de Gobernación del Estado de Puebla.
Cegado y subido en su ladrillo, Huerta Gómez, se creyó las porras “espontáneas” y los gritos de ¡gobernador, gobernador!, en los eventos que le organizaban diferentes presidentes municipales, cuando él aún era el secretario de Gobernación.
No supo leer a tiempo que más de la mitad de esos “apoyos” provenían exclusivamente de una estructura que nunca le perteneció.
Convencido de que todo el respaldo era por él –y no por el cargo que ostentaba- decidió que la Segob le estorbaba y la abandonó para perseguir sus ambiciones personales.
Pero julio (con minúsculas) se acabó, llegó agosto y poco a poco se ha ido diluyendo de las portadas de medios de comunicación, el mar de espectaculares y bardas que inundó a Puebla, poco impacta entre quienes ya no lo ubican visualmente.
Pareciera ser un Globo de Cantoya al que lo prendieron, lo hicieron brillar, lo elevaron, dominó por un instante el firmamento y terminó cayendo a la deriva convertido en cenizas.
A Julio no lo desinfló un escándalo mediático, Huerta simplemente “desapareció”, dejó de estar. Vivió en carne propia la invisibilización.
El otrora secretario de Gobernación debió, por el cargo que ostentó, conocer los círculos del poder en Puebla, los empresariales y hasta los de poderes fácticos como la iglesia, sin embargo, las acciones que ha realizado en los últimos días demuestran que no pudo comprender que no es lo mismo mover la estructura desde dentro, que desde fuera.
Julio Huerta corre en este momento un gran riesgo, creerse el cuento de que realmente tiene posibilidades de ganar la candidatura y la gubernatura. Sin duda debe tener en su círculo cercano personas que continúen diciéndole que está avanzando, que las encuestas ya lo ponen al mismo nivel de conocimiento que a otro de sus adversarios y un sinfín de historias, que son sólo eso: cuentos.
Ese domingo 2 de julio cuando se “destapó” en un evento masivo no se enteró que estaba comenzando una carrera cuesta arriba.
Enfrente, las y los suspirantes del Frente Amplio guardan silencio, han visto su caída y no quieren revivirlo, aunque tienen claro que sería el rival más débil y con ello aumentarían las posibilidades de la alianza, de arrebatarle el estado a Morena en 2024.
Lección aprendida
Tras el imponente y preocupante incendio ocurrido en Zacatlán y la complicación para que la federación compartiera uno de los helicópteros cisterna, este martes el gobernador anunció que las aeronaves que compró Rafael Moreno Valle, por fin tendrán un buen uso para los poblanos.
Convertir los lujosos helicópteros en cisternas, para acompañar las tareas de los brigadistas, en incendios forestales, es muestra de la preocupación y ocupación de Sergio Salomón.