Hablar de grandes mediciones para trazar aún más grandes políticas públicas es adentrarse en un duelo entre la lógica fría y la pasión por un México mejor. Sin medir no hay saber, y sin saber, ¿cómo vamos a arreglar este desmadre?
En días pasados una interposición de estudios permitió un diagnóstico de nuestro país. Como sustrato, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del INEGI, y como catalizador la interpretación de esta encuesta por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) para la medición de la pobreza.
La manera en que gastamos los poblanos – o al menos el promedio estadístico – es revelador reflejo de cómo vivimos.
El estudio nos dice que en una casa poblana promedio tiene al mes 16 mil pesos para solventar los gastos de la familia, con diferencias abismales entre lo urbano y lo rural. Una casa urbana gana más de 18 mil, mientras que una rural apenas alcanza los 11 mil.
La distribución del gasto poco le sorprenderá, pues cuatro de cada diez pesos van directos a alimentos y bebidas. Entre la carne, la leche y el huevo se va un tercio del dinero destinado a comida, mientras que a frutas y verduras etiquetamos un mínimo.
Los salarios han subido un poco, todo está muy méndigo caro, y el gobierno que era un desastre ahora es peor, que es lo mismito que dicen los datos de pobreza para Puebla.
En esta administración federal-estatal (del ’18 al ’22) tenemos tantita más población vulnerable por ingresos, el doble de gente pobre por no tener seguridad social, y tantita menos carencia por acceso a la alimentación.
Lo que lleva esta administración lo mismo 11 millones de personas mejoraron su acceso a la alimentación, que bajamos la esperanza de vida de 75 a 71 años. La danza de los números es engañosa y difícil de interpretar, al menos contar es el primer paso para mejorar.
Deslavadas copias guindas estatales
A nivel estatal el Movimiento Regeneración Nacional, MORENA, hace copia de las acciones federales para esbozar lo que sería su plan de trabajo y desarrollo en caso de alcanzar otra administración. A través del Tercer Foro Estatal del Proyecto de Nación tres temas de relevancia están siendo evaluados. Medio ambiente, campo y soberanía alimentaria, y pueblos indígenas.
Ayer domingo, en Acatzingo, se agendó a la Secretaria de Medio Ambiente Federal y autodescartada para la gubernatura poblana, María Luisa Albores. Al director del Instituto Poblano de los Pueblos Indígenas. Y al asesor de la estatal Secretaría de Desarrollo Rural, Roberto Ruiz Silva, y acusado de peculado por 11 millones durante el gobierno de Graco Ramírez, envuelto en el escándalo del fiscal morelense recién detenido.
Días antes, durante otro foro, el director de pueblos indígenas repitió en la alineación junto con una consultora medioambiental y la titular de desarrollo rural del estado, Ana Laura Altamirano. El foro, más allá de graciosas ocurrencias como decir buscar 70 años de gobierno morenista, ocurrió en jueves en pleno horario laboral, a lo que afortunadamente podemos estar tranquilos, pues nuestros funcionarios públicos son tan eficientes en su trabajo que pueden hacer proselitismo político a la vez que hacen historia y futuro.