Tan inevitable como lluvia en día de San Juan, los precios del limón han escalado en lo que podríamos llamar una temporalidad siniestra. En Michoacán las extorsiones brotan cual humedad en las paredes de acuerdo al calendario agrícola.

El botín es sin duda jugoso, a veces olvidamos lo que vale el campo. La producción agrícola en Tlaxcala vale unos 4 mil millones de pesos, Puebla es cinco veces eso, con 20. Michoacán es cinco veces nosotros, rozando los cien mil millones. Es mucho dinero y los tunantes no se van a tentar el corazón antes de querer hincar los dientes.

Ya comentábamos hace poco todo este criminal asunto limonero en Michoacán, aunque las cosas parecían encaminadas a calmarse con un titular sui generis de nuestro país: Las fuerzas militares recuperan el dominio de la industria limonera en Michoacán.

600 militares llegaron a la zona de Tierra Caliente para intentar calmar la plaza, a lo que el crimen respondió con varios ataques en el área. En uno de ellos en Tepalcatepec agarraron a tres cortadores de limón, los ataron de manos y mataron a tiros dejándolos entre malezas.

Más allá de la barbarie los mercados ya respondieron. El kilo de limón está un tercio más caro que a inicios de año, y más del doble de lo que estaba a estas fechas el año pasado. Súmele ondas de calor salpicadas de lluvias torrenciales en la zona y mejor vaya quitando limones de su mandado por un rato.

La situación es crítica y asombrosamente periódica. Tan solo el año pasado el crimen organizado hizo exactamente lo mismo, sembrando minas terrestres para que las autoridades no llegaran a molestar durante sus fechorías. Estas minas, de las que el Ejército retiró al menos 250, mataron al menos un campesino que fue a ver cuánto limón le había dejado el Cártel Jalisco Nueva Generación. Estamos hablando de limones, pero esos titulares apenas y en Afganistán.

Malas operaciones de clausura

Hacia finales de administración el gobierno federal batalla para dar buenas noticias en lo agropecuario, especialmente resultados a medidas y planes gubernamentales. Lo que inevitablemente nos termina costando a todos los contribuyentes y deteriora nuestro país.

La acusación contra Emilio Lozoya por Agronitrogenados se cayó hace pocos días, en aquel caso donde PEMEX compró en 200 millones de dólares una planta productora de fertilizantes en condición chatarra.

Canadá se unió al panel que inició Estados Unidos en la controversia contra el maíz transgénico en un juicio donde podemos perder entre 4 a 20 mil millones de dólares por una necedad del presidente.

En Sinaloa el desmadre maicero que se armó por la mala gestión de los precios de garantía va viendo solución. El gobierno federal, a través de SEGALMEX, y el gobierno estatal, terminaron comprando un millón de toneladas de maíz, lo que acabó costando 8 mil millones de pesos por hacer mal las cosas. No se preocupe, para el siguiente ciclo el drama será a la inversa, pues la descapitalización, bajo precio y escasa lluvia en las presas nos darán una cosecha raquítica. Los dramas cíclicos nacionales.