Vaya encrucijada la que se anda armando en las tripas del Frente Amplio por Puebla pa' la definición de las candidaturas del 2024 pos de entrada nadie se quiere quedar fuera de la foto.

Me cae de madre que parece que por fin el bloque opositor camotero se anda sacudiendo la modorra y a los partidos ya les cayó el veinte que el tiempo apremia.

Ya comenzó el clásico estira y afloja entre pitufos y tricolores con tal de irse agenciando las principales candidaturas y repartirse el pastel a como dé lugar. Pos ya toparon parejo que no sólo la casona de El Alto estará en juego, si no los ayuntamientos de la susodicha “zona metropolitana” y, a la de a Wilbur, el mismísimo Charlie Hall.

Como quien dice, ya se les estaba haciendo de noche pa’ ir apretando tuercas y movilizando conciencias, banda. Y de paso, exigir quedarse con las posiciones más chingonas.

Eso sí, nomás sin pasarse de tueste y querer agandallarse hasta el aire, así como la busca aplicar el dirigente panista capitalino, Jesús Zaldívar, que amagó con agenciarse también la candidatura.

Y es que si las cuentas les cuadran a los pitufos, no sólo llevarían mano pa’ la gubernatura con Lalo Rivera, pos también en la capirucha.

Y si así la barajean, ¿con qué se quedarían los tricolores, ahí con lo que les deje el PAN?

Por eso no es de a gratis que el líder priista, Néstor Camarillo, saliera a meterle el freno de mano al Chucho, pa’ que luego no se hagan los sorprendidos.

Pos cómo no, si reclamó al grano que ningún partido se puede agandallar todas las candidaturas, nel, y ya que andaba en esas, echó en cara que también hay priistas que mueven multitudes y levantan pasiones.

Eso sí, mis culebras, pos además apretujó macizo diciendo que pa’ todo hay formas, y pos si calan duro también las respetan.

¿Podrá más la codicia panista o el reclamo tricolor?

Giles, ¿afila el puñal de la traición?

Habrá que estar atentos del futuro polaco de Jesús Giles Carmona, quien reapareció pa’ dar a conocer que fue exonerado de usar título profesional falso.

Y es que el Chuy dejó sobre la mesa el chance de apoyar a algún partido o coalición pal’ 2024.

Eso sí, desde una trinchera, pos las canicas no le darían pa’ encabezar alguna candidatura, banda.

Pos la Netflix, al Chuy sólo le quedan dos chances “de a devis”, o aliarse con los morenos o ver si le abren las puertas en el PAN estatal, lo cual está más canijo que la Navidad en primavera.

¿Será que el Chuy estará afilando el puñal de la venganza o el de la traición?