De volada tendrán que ponerse a chambear las autoridades de todos los niveles, pa’ blindar el interior y todo el perímetro del Mercado Morelos pos se ha convertido en un pinche infierno pa’ la banda de a pie.
El Morelos es uno de los centros de comercio más chipocludos de toda Puebla, a donde propios y extraños le caen si de compra-venta se trata.
No sólo eso, también su ubicación estratégica hace que todos los marchantes asiduos topen precios y variedad, como quien dice, bueno, bonito y barato.
Ni qué decir en esta temporada de Fieles Difuntos cuando el Morelos es abarrotado pa’ armarse con todo lo de las macizas ofrendas.
Justo por eso, enciende las alarmas que se desate la regadera de plomo en cualquier zona del mercado, pos el peligro de las balas perdidas es real y nadie se libra.
Y es ahí, donde no caben las justificaciones ni los manotazos a medias, luego del baño de sangre que dejó cuatro muertos y dos heridos, en la zona administrativa del susodicho tianguis.
Achicopala que no sea la primera vez que en el Morelos apesta a fierro caliente, pos hace apenas tres meses, en los mismos pasillos se armó la de Dios dejando como saldo un fallecido.
Nomás con la historia reciente, se da uno color que el tianguis, así como atrae a carnales chambeadores y de ley, también lo hace con malandros que buscan hacerlo parte de sus propios terruños.
¿Dónde están las pinches autoridades para ponerse al tiro en reforzar la vigilancia y seguridad?
Si así pasa lo que pasa por encimita, ¿cómo estarán de podridas las entrañas del Morelos?
Se nos viene el Buen Fin, las Navidades y aún hay chances de corregir, luego no vaya a ser tarde, de nuez.
Tiraderos, en la mira
A estar pendientes, banda, de la revisión que serán objeto los rechiflados tiraderos en varios municipios de esta Puebla camotera.
Y es que luego que Medio Ambiente estatal licitara la revisión de los rellenos, la Netflix urge saber si los 50 que serán sometidos al dedo flamígero contaminan más de lo que pensamos.
Es necesario saber el terreno que se pisa y, de ser necesario, meterlos en cintura o pasarlos por la guillotina, con todas las de la ley.
Ahí se las dejo al costo.