Vaya cerrón de hocico la que se llevaron los dueños de las peceras camoteras, en su intentona de comenzar a presionar pa’ que les autorizaran un incremento al costo del rechiflado pasaje que nomás deja mentadas de madre.
Y es que desde hace unas semanas, los gandallas de los concesionarios no han dejado de meter candela e ir tanteando el terreno pa’ trepar de golpe el costo de la parada mínima.
Ya se les queman las habas pa’ de un jalón llegar a los 12 morlacos por dejada, poniendo las excusas de siempre: que no la “libran”, que “salen debiendo”, que “puras pérdidas” pal’ bise y nada de ganancias.
Pero eso sí, que el usuario de a pie, el chambeador que a diario se la gana en unidades piteras, con asientos movedizos, apestando a chivos y hasta sin botones pa’ la bajada, que se chinguen, pos los camioneros sufren el viacrucis.
O qué, mis carnales, ¿el trabajador, el estudiante o la fanta que se mueve en las micros de quinta, no cuentan?, ¿nomás los dizque transportistas y chafiretes llevan el gane?
Y es que la Netflix, la crisis a la de a Wilbur ha pegado a todos, y más luego del maldito Covicho, por eso mismo, es una reverenda jalada que siquiera pensaran subirle 3.5 varos al mismísimo pasaje.
Por eso merengues se necesitaba un madrazo en la mesa pa' ponerles un alto a estos sinvergüenzas, pos, ¿se imaginan el daño a las lanas familiares si sube así el pasaje?
De entrada, no hay fanta chambeadora que lo soporte y menos con los camiones, micros y peceras que se rifan estos gañanes, sin considerar que se han hecho pendejos con las mejoras en las unidades.
Es más, banda, la propia Secretaría de Movilidad se las dejó cantada bien clarita: no se discute el aumento y, de pasada, el gobierno no les ha autorizado ni un quinto de más.
Tanto fueron los concesionarios llenando el jarrito, que terminaron chiflando en la loma.
Morena-PAN o la escaramuza al aire
Ya va siendo hora que pitufos y morenistas dejen de echarse la bolita y cuantas culpas quieran, por la inseguridad que se vive en la capirucha cemitera.
Cómo no, si con las calenturas electorales que se vienen, a nadie ayuda que se enfrasquen en puras palabrerías que a la banda chambeadora le vale un reverendo cacahuate.
Son puras escaramuzas al aire que el líder municipal panista Jesús Zaldívar, y la regidora morenista Araceli Caselín desmarquen a sus bandos.
Pero, y a todo esto, ¿dónde quedan los valedores que sufren la inseguridad en toda su plana, y que cruzan los dedos pa’ no toparse la de frente?
¿A poco ellos no cuentan?