El proceso que vivió el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para la designación de quienes serán los candidatos a la gubernatura, dejó en claro que finalmente sí se va con todo para ganar, al menos en el caso de Puebla.
Es claro para todos, que Alejandro Armenta Mier, cosechó su trabajo de más de 34 años en las calles de ciudades, pueblos y comunidades de todo el estado.
Por eso se demostró que era inalcanzable en las encuestas.
Sólo tenía que luchar contra otras circunstancias.
Así, sólo un dedazo lo podía tirar, aunque se afirmaba que habría, simplemente no llegó.
Al menos en el caso de Puebla, es notorio que no existió.
Ahora, Alejandro Armenta, es el que menos quería tener enfrente a Eduardo Rivera Pérez, también virtual candidato del próximo Frente que habrá entre el PRI, PRD y PAN.
En el Charlie Hall, las veladoras en los últimos momentos estaban prendidas por Claudia Rivera.
Pero Morena no se arriesgó y designó finalmente al mejor, al más alto en las encuestas, con lo que se dejó atrás la incertidumbre nunca antes vista.
El agarrón Armenta vs Rivera va a ser de antología.
Pero de entrada, el mixteco lleva mano.
Tiempo al tiempo.
¿Y el dedazo?
“La política es el arte de engañar”: Maquiavelo.
Pero sólo cuando se es artista.
La percepción del dedazo o dedito de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que quiso generar Ignacio Mier Velazco, durante meses y meses, se supo finalmente, era una mentira o estrategia para tratar de subir en las encuestas
Y la cargada que buscó generar nunca llegó.
El pataleo que hizo tras no ser nombrado el virtual candidato, es la muestra que no estaba preparado para perder.
Tal vez le pesa mucho, sobre todo por los millones invertidos y compromisos generados.
También es una muestra que nadie sabía nada de la designación hasta el último momento.
Nadie es nadie.
El berrinche y no aceptarlo al momento, mostró su nivel político.
Y si hay dudas, nada más hay que compararlo con Omar García Harfuch.
El conocido como Batman, no sólo ganó, sino que apabulló en sus encuestas por la Ciudad de México.
Pero contrario a Mier, Harfuch si salió a unirse o cuadrarse inmediatamente con Clara Brugada, Claudia Sheinbaum y obviamente, AMLO.
Magnánimo.
Ahora, Nacho Mier, aunque no rompió y aceptó dos días después ir por el Senado, por su exabrupto perdió más que las encuestas.
Se quemó en su partido.
Ahora tendrá que reconstruir para mejorar su imagen, si es que quiere seguir siendo tomado en cuenta.
Tiempo al tiempo.