Nacho Mier ha manoseado una y otra vez el tema de la reducción de la jornada laboral. Ayer, en un nuevo capítulo, se desnudó la verdadera intención de la 4T con dicha reforma.

El tema comienza a convertirse en una bola de nieve para el coordinador de los diputados federales de Morena. A la protesta que se realizó ayer, afuera de San Lázaro se suman los amagos de sindicatos y confederaciones.

Por ejemplo, la CTM en Puebla anunció que el próximo domingo 7 de enero de 2024 marcharán 90 mil cetemistas, más los sindicatos que decidan sumárseles, para exigir las 40 horas semanales.

En otros estados la protesta será similar y los representantes de los trabajadores también apostarán por exigir la reducción al ISR y otras mejoras.

En pocas palabras, Nacho Mier está por generar un descontento mayúsculo entre la base trabajadora del país, uno que puede generar desde marchas hasta cierre de carreteras.

La torpeza de posponer a marzo de 2024 la votación de la reforma tiene un trasfondo electorero. Si la verdadera intención de los morenistas fuera apoyar a las y los trabajadores, desde hace meses, incluso antes del Parlamento Abierto habrían utilizado su mayoría aplastante para aprobar la reducción de la jornada laboral.

No lo hicieron así.

Esperarán a marzo, cuando las campañas electorales estén en auge, para volver a subir el tema y entonces sí, venderlo ante las huestes de la 4T como el reflejo del compromiso con la clase trabajadora omitiendo que esa reforma podría no ser promulgada por el Ejecutivo en lo que resta de 2024 y quedarse en la congeladora. De concluir el trámite legislativo, la reforma no operará el próximo año, pues surtiría efectos hasta el 2025, con el enorme riesgo de que sea eliminada con el cambio de estafeta en el Poder Ejecutivo.

En resumen, si a Nacho Mier y a los morenistas realmente les hubiera interesado reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, habrían aprobado y presionado para que la iniciativa quedara promulgada este mismo año y con ello, aplicara en 2024.

Está claro cuáles son las verdaderas razones de proponer cosas populistas, a sabiendas de que terminarán por generar impactos de consideración, principalmente en las micro, pequeñas y medianas empresas.

La visita de Xóchitl

Ya con las definiciones puestas y a unos días de que Eduardo Rivera presente su licencia definitiva al Ayuntamiento de Puebla, para convertirse en el precandidato del Frente, la visita de Gálvez será un termómetro de cómo se encuentra la coalición opositora, Fuerza y Corazón Por México.

La precandidata presidencial estará en el municipio que por años fue el bastión panista, San Andrés Cholula, a las 17 horas.