Dependiendo la hora que lea esto, el gobernador del estado estará dando su primer informe de gobierno ya en el Congreso -por la mañana- o en el Auditorio Metropolitano -pasado el mediodía-. Los contenidos exactos del informe los iremos conociendo luego, aunque el campo poblano será parte fundamental del mensaje.
Durante este primer año de Sergio Salomón, la dependencia correspondiente tuvo incrementos presupuestales en lo asignado para cumplir sus labores. Más de ciento setenta millones extras cuando comparamos este año contra el pasado. El monto total es importante, más de mil cuatrocientos millones de pesos. Con números se aprecia mejor, mire: $1,400,000,000.00. También las comparaciones ayudan en el visualizar, pues el monto es más que todo lo que recibe el Poder Judicial de Puebla, y casi lo mismo que tiene la Fiscalía Estatal.
Los temas que seguramente tocará el gobernador del campo poblano serán tres: mezcal, café e infraestructura. Los tres presentan éxitos, fracasos y retos a futuro. Veámoslo con el primero.
El mezcal se lleva una importante tajada del presupuesto, casi una tercera parte, y lo que se promete es mucho. Quizá demasiado, lo que representa una bomba de tiempo.
Queda claro que por su origen el gobernador Céspedes Peregrina busca dar alternativas de desarrollo al campo, especialmente hacia la árida zona mixteca, pero pensar que con 400 millones de pesos se generaran 20,000 empleos en la cadena del mezcal es etílico. En la aritmética más burda crear un empleo les saldría en veinte mil pesos… ni el programa más fregón de la ONU. Si quiere contar empleos temporales para trasplantar agaves allá usted.
El otro gran problema es la enorme crisis ambiental que está causando lanzar un programa sin comprender los engranes económicos.
Al destinar inversiones al final del proceso productivo (los palenques donde se destila el mezcal) sin atender completa y primeramente el inicio de la cadena (proveeduría de materias primas), el mercado saldrá a depredar los insumos de donde sea con tal de extraer beneficios de lo instalado.
Desde el principal-casi-único combustible usado en el proceso artesanal de cocción de la piña del agave, que es la leña del mezquite y tarda mínimo 20 años en crecer para ser aprovechable. O las propias piñas de agave. Tan solo en los últimos tres meses se han detenido cientos que son extraídas ilegalmente de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán. La cifra negra es de miles más.
La apuesta sin duda es la correcta. En términos de mercado (es el licor de mayor crecimiento en Norteamérica), de resiliencia climática (adaptabilidad a suelos áridos), y de creación de valor correspondiente a su realidad (pues se valora la pequeña producción artesanal); pero las cosas se pueden hacer mejor cuando se planea qué hacer cuando uno esté entre las patas del caballo. Vea la crisis del agave azul en Jalisco, donde se cayó 40% el precio del agave por sembrar a lo menso.
Pese a la multimillonaria inversión, los indicadores macroeconómicos disponibles dicen que el campo poblano en el 2022 valió menos que el del año pasado, ¿cuánto menos? 1,500 millones, tantito más de lo que se le ha metido desde el gobierno estatal. Ya usted sabrá evaluar separado el trabajo que sale desde la Secretaría de Desarrollo Rural y el que sale de Ejecutivo Estatal.