Donde se vive un cuenta de nunca acabar, no se apaciguan las aguas y la calor interna está a todo lo que da, es en el PRI camotero, pos no le paran a los baños de pureza de segunda mano y a las cacerías de brujas región 7.

Mientras lo poquito que queda del tricolor sigue desmoronándose, y se está quedando con apenas un puñado de perfiles chingones, la cacería de brujas dirigida por el líder estatal, Néstor Camarillo, tiene todo el tufo a propaganda politiquera.

Cómo no, si con el cuento de querer pintar su raya y dárselas de muy fiel tricolor, el Néstor no deja de buscar el chance pa’ jalar los reflectores y ponerse como el redentor de toda su camarilla priista.

Si siempre quiso armar su argüende para lanzarse contra los traidores que le jugaron chueco, ¿por qué se tardó más de dos añotes pa’ llevarlos al patíbulo de las vergüenzas?

Y es que pa’ nadie es un secreto que varios tricolores se dejaron convencer suavecito, llenándose de cariñitos ajenos y hasta operando a favor de quien pusiera más lanas sobre la mesa.

O qué, mis carnales, ¿ya se le olvidó al Néstor el desfonde chacalero en tiempos morenovallistas?

Pos si a esas vamos, ¿cómo puede estar cacareando infidelidades tricolores sí él mismo no quiso expulsarlos, cuando ya estaba al mando del PRI?

Es más, como diría mi Tía Lucha, “el que calla otorga” y con esa historia de omisiones ahora no se cansa de presumir que todo está puesto pa’ darle aire al dirigente de la CTM, Leobardo Soto Martínez.

Y es que si a esas vamos, igual peca el que mata la vaca que el que le amarra la pata.

Otro gallo cantaría si desde un inicio lo hubiera expulsado, teniendo hasta calidad moral pa’ apuntar con el dedo flamígero.

No que ahora esos mismos priistas que acusa, en su chance le hicieron el caldo gordo a sus nuevos aliados, los pitufos capiruchos.

Tons, qué, banda, ¿no todo queda en familia?

Abdala quiere tejer fino

Al fin llegó la hora de las definiciones pal’ morenista, Rodrigo Abdala, mis culebras, pos fue presentado como el próximo coordinador estatal de la campaña de Alejandro Armenta.

Y es que el mismísimo exdelegado federico tendrá en sus manos toda la logística y el tejido fino pa’ conducir la campaña rumbo a la casona de El Alto.

Ahí de mientras, mi chismoso morenista ya rajó chipotle que no tardará mucho en que se vaya notando su mano en la campaña estatal.

Además, le vaya metiendo punch junto con todas las estructuras en Morena, banda, y de “un ave” se arme la cerradera de filas.

Ahí se la dejo al costo.