Para que los candidatos no se desgasten en pleitos mediáticos fuertes, se creó la figura del vocero, quienes deben ser los que se pongan los guantes.

Por lo mismo, en Puebla ya se avecina una especie de “Guerra de Voceros”.

Los partidos políticos, sobre todo del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y de Acción Nacional (PAN), en este rubro están echando la carne al asador.

Y es que saben que ya se avecina una fuerte guerra de declaraciones, acusaciones, golpes bajos, por lo que utilizarán a sus mejores “golpeadores”, para defender las plazas y boletas.

Algunos de los voceros que ya se anunciaron, son por ejemplo, las senadoras Nancy de la Sierra Aramburu, Nadia Navarro Acevedo y Javier Lozano Alarcón, por parte de la coalición PRIAN.

Nancy de la Sierra incluso ya empezó a postear ataques contra su compañero en el senado, Alejandro Armenta, aunque realmente la ofensiva fue muy endeble.

Nadia, anda aún muy calladita, posteando felicitaciones y bellos amaneceres.

En tanto, Javier Lozano, quien se unió al proyecto de Mario Riestra, por la presidencia municipal de Puebla, todos saben que tiene un tono beligerante, el que obviamente hará uso para defender su hueste.

Pero para todo siempre hay un némesis o contraparte.

En respuesta, del lado de la Cuarta Transformación (4T) encabezada por Morena, preparó un verdadero ejército para subir al cuadrilátero.

En términos pugilísticos, mandan a sus mejores noqueadores.

Por ejemplo, Rodolfo Huerta, tiene todas las tablas para atajar, responder y atacar cualquier tema.

También ya están listas Paola Migoya, Sandra Montalvo, Agustín Guerrero, Edurne Ochoa, David Rivera Vivanco y un as bajo la manga.

Dicha carta guardada regresará a los cuadriláteros políticos para la artillería pesada, quien hará un fuerte contrapeso a la apuesta de Javier Lozano.

Para darle unas pistas, se trata de un doctor, excandidato, siempre polémico, experto en jabs y uppercut.

Adivine de quién se trata.

Se aceptan apuestas.

Así, ambos lados ya están velando armas, que se espera una guerra sin cuartel por todos lados; desde la gubernatura, presidencias municipales y por la disputa de curules locales y federales.

Tiempo al tiempo.