Con la pinche novedad que el disque alcalde de Tianguismanalco, Martín Zanes Cortés, parece que se sacó el premio mayor pos seguirá despachando en el ayuntamiento de aquellos rumbos quitado de la pena y metiéndole el pedal a sus carritos.

Aunque ustedes, mis valedores, no me lo crean, el Martín parece haber librado, de momento, esperar los avances de las investigaciones en su contra desde lo más podrido de la sombra.

Cómo no, si hace apenas unas semanas el patitas de fuego andaba bien desaparecido, luego que Doña Justicia lo tuviera entre ceja y ceja, investigado por presunto homicidio culposo.

Y es que la Fiscalía lo traía en corto, al haber sido señalado tras llevarse por delante a un carnal motociclista, mientras conducía un santo carrazo.

Pos como acostumbra el Martín, se la pasó a salto de mata, oculto entre sus madrigueras en espera que nadie lo topara, y menos la Fiscalía, que le seguía el rastro.

Es más, tantas fueron sus ñáñaras que el Martín tramitó un amparo. No fuera que lo terminaran de torcer y ni las manos metiera.

Y es que sólo así, creyéndose el Juan Camaney, le valió máuser el llamado de las autoridades, pa’ que diera la cara y deslindaran responsabilidades.

Eso sí, mis carnales, como queriendo taparle el ojo al macho, y dándose tiempo pa’ querer librarla, el Martín tramitó su licencia al cargo en el mismísimo Congreso.

Como no queriendo la cosa, el documento llegó hasta las entrañas de la Mesa Directiva, banda, aunque por otro lado, no buscaba cómo brincarse las causas y regresar a darse la vida municipal, como todo un temerario de las velocidades.

Una vez calmadas las aguas, el Martín regresó al jale, eso sí con la cereza del pastel, por andar obstaculizando un juzgado.

La Netflix, banda, ¿a poco cree el Martín que metiendo amparos y pavonearse en el ayuntamiento, los carnales de Tianguismanalco y Doña Justicia no se van a cobrar el dulce sabor de la ley?

La caballada se pasó de famélica

Menudo ridículo están dejando los primeros días de las campañas federicas.

Y es que mientras los aspirantes al Senado, como el priista Néstor Camarillo, se hunde en la soledad de sus mezquindades y del suelo no pasa, los morenistas aplican la de “quítate que ahí te voy”.

Cómo no, si hasta Antonio “Toño” López arrancó campaña fuera del Distrito 11, donde se quiso ver en onda, y acabó metiendo las cuatro patrullas y sin mirar atrás.

Pos si a esas vamos, mis calaveras, no hay mucho que esperar de un lado ni del otro.

La caballada se pasó de famélica y eso es un chingo que decir.