El encuentro de ayer en torno a los Chiles en Nogada mostró la ocupación del gobernador para seguir impulsando lo que otros mandatarios han trabajado como el Mole de Caderas, los Pueblos Mágicos y el tradicional platillo barroco.
El anuncio de su secretario de Gobernación, Javier Aquino, para buscar que el IMPI certifique las increíbles esferas de vidrio soplado que se fabrican en Chignahuapan, es parte de ese trabajo para el desarrollo y una apuesta para fortalecer la economía local, apuntalándose en el turismo.
Independientemente de esta tarea administrativa, Salomón demostró su visión política al invitar a Josefina Rodríguez Zamora al arranque de la temporada.
La futura secretaria federal de Turismo podrá impulsar aún más nuestro tradicional platillo, principalmente porque, aunque ella cuenta con arraigo tlaxcalteca, nació y estudió acá en Puebla. Además de sus amigos, Rodríguez Zamora tiene conocimiento de la comida regional de Puebla por herencia familiar.
De ahí que el acierto de Salomón para invitarla, ahora que su agenda aún no está tan cargada, haya resultado en una grata experiencia, independientemente que demostró que tiene las tablas para dar un discurso frente a un público variado.
La convocatoria a la comida que se realizó en el patio octagonal del Centro Integral de Servicios (CIS) San Javier, reunió a personalidades del gabinete, del sector gastronómico, dueños de los restaurantes más reconocidos en Puebla, diputados y representantes de los dueños de comunicación.
Confiemos en que el impulso al turismo permita fortalecer la economía de las regiones y también, en su conjunto, al estado. Puebla tiene todo para brillar en una industria sin chimeneas.
Inseguridad; percepción vs. realidad
Contrario a los discursos triunfalistas de Claudia Sheinbaum, quien aseguró que los mexicanos hoy nos sentimos más seguros, la realidad es que quienes transitan por la autopista México-Puebla lo hacen en medio del terror que es atravesar una cueva de ladrones.
Esta percepción no es sólo un número del INEGI o el dicho de alguien, se trata de una visión colectiva. Sin ir más lejos un buen ejemplo se presentó la semana pasada, en uno de los autobuses de Estrella Roja que se dirigía a Puebla.
Los pasajeros abordaron la unidad en la TAPO con destino al Terrapuerto de Paseo Destino. Los primeros murmullos sonaron cuando arrancó el autobús y no era posible escuchar nada porque el sistema de sonido, que incluye música y la salida de audio de las televisiones, no servía.
Las quejas se duplicaron cuando los cargadores USB tampoco funcionaron ni fue posible que se apagara la luz del interior porque el sistema estaba dañado. El viaje de la tarde-noche comenzó a ser una monserga.
Sin embargo, los gritos y reclamos se hicieron sonar cuando el camión, que decía ser directo, hizo una parada en Santa Martha para rellenar los dos lugares que habían quedado desocupados en la TAPO.
La queja principal de los usuarios es que ellos habían comprado boletos sin escalas, que son más caros, tratando de velar por su seguridad y que esas paradas los ponían en riesgo.
¿Así o más claro el sentimiento de inseguridad que se percibe entre los mexicanos?