Aunque Nacho Mier aseguraba durante su campaña que “amor con amor se paga”, lo cierto es que todo ese “amor” que le profesó a Andrés Manuel López Obrador de poco le ha servido.
A él, a diferencia de otros morenistas que hoy prueban las mieles del poder, López Obrador no le ha recompensado. Aunque siendo justos no es que Nacho hubiese realizado un trabajo pulcro como líder de la bancada guinda en San Lázaro ni que haya entregado los mejores resultados para la causa lopezobradorista.
Aún así, Mier Velazco aseguraba entre sus cercanos que sería “premiado” con alguna dirección importante como Pemex, IMSS o la CFE, en caso de no ser líder en el Senado.
Pues ya se vio que en la Cámara Alta no fue requerido, por el contrario, se le entregó como premio de consolación una vice coordinación, que para términos prácticos diremos que eso y nada son lo mismo.
Cada día que pasa y que Claudia Sheinbaum anuncia a los nuevos titulares, a la margarita se le van acabando los pétalos y aunque aún existen algunas paraestatales importantes como Capufe, Mier se está quedando como el chinito: nomás milando.
¿Logrará hacerse de algún cargo federal o tendrá que cumplir su misión como uno más de los senadores de Morena?
Veremos y diremos.
La obligada sensibilidad ante las tragedias
La trágica muerte de dos trabajadores de la construcción y la respuesta de Sergio Salomón nos muestra una de las maneras en que los gobiernos pueden abordar las crisis y el control de las mismas.
En medio de la lamentable situación, el gobierno supo responder. Desde el primer momento dio la cara, primero para informar del accidente y después para confirmar el deceso de los dos trabajadores.
Al sitio llegó también el secretario de Gobernación, Javier Aquino, quien se entrevistó con los deudos, externó sus condolencias y adelantó que además de las indemnizaciones que por ley cubrirán las empresas encargadas de la obra, el gobierno de Céspedes estará apoyando a las dos familias.
La celeridad para las diligencias para el levantamiento de los cadáveres, también es muestra de la sensibilidad de un gobierno.
En su momento, cuando se cayó una ballena en el 475, en tiempos de Tony Gali, la respuesta igualmente fue inmediata, tanto de la empresa como del gobierno.
El caso de ayer, el del 475 y las acciones de Melquiades Morales cuando sucedieron las inundaciones y los deslaves en la Sierra Norte, son ejemplos frente a la gran mayoría de tragedias que se atienden sin pericia, sensibilidad ni humanidad. Ahí están los casos como el desastre minero de Pasta de Conchos o la explosión en Tlahuelilpan, donde 137 personas murieron, la caída de la línea 12 que cobró 27 vidas o el propio caso de Chalchihuapan.
Aunque la atención brindada no cambia la tragedia por la pérdida de dos vidas y se tendrán que hacer las investigaciones pertinentes, podemos señalar que hubo una buena reacción y principalmente, una muestra de humanidad.