Durante la última década, la abogada y activista Norma Pimentel ha sido una férrea defensora de la transparencia, del cuidado de los datos personales y hasta de la rendición de cuentas por parte de los gobiernos.
Su camino como comisionada de la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP), lo que después se convirtió en el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla (ITAIPUE), fue complicado.
Durante el morenovallismo, la CAIP fue uno de los pocos contrapesos que tuvo Rafael Moreno Valle. En ese contexto, Norma Pimentel se pronunció por transparentar los contratos para la construcción del Museo Internacional del Barroco (MIB), una de las obras insignias de Rafael y una oda a la opacidad y al derroche de recursos públicos.
Su pronunciamiento generó el enfado del entonces gobernador y su salida no se hizo esperar. En diciembre de 2016 fue removida.
Tras su intento fallido para regresar, encabezó el área de transparencia en el municipio de San Pedro Cholula, cuando José Juan Espinosa fue presidente municipal. Pese a lo caótico de esa administración, Pimentel logró dignificar el área encargada de atender y dar respuesta a los ciudadanos que solicitaban información.
Al margen de su actividad partidista y electoral, en 2022 volvió a participar en el proceso que lanzó el Congreso para seleccionar a una comisionada que cubriera la vacante que dejó Claudette Hanan Zehenny, en el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla. En esa ocasión brincó varios filtros y su nombre estuvo entre los finalistas al ser una de las mejor calificadas para el puesto.
Durante la entrevista expuso la importancia de mantener la autonomía de los institutos de transparencia y la necesidad de ser contrapeso para los gobiernos.
Sin embargo, algo pasó recientemente.
Ahora que ha protestado el cargo como diputada local y tres Doritos después, la defensora a ultranza de la autonomía y la transparencia consideró que es mejor apoyar la reforma constitucional que pretende imponer AMLO, con la mayoría calificada que tiene la 4T en el Congreso de la Unión, para desaparecer a siete organismos autónomos, entre ellos, el INAI.
Y no sólo se pronunció por la extinción del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), también por aplicar esa misma reforma a nivel estatal, es decir, eliminar al ITAIPUE, ese por el que un día enfrentó la irá de Moreno Valle.
Al parecer una pantalla verde le borró la memoria. De otra manera no se logra explicar el cambio radical.