Fieles al estilo lopezobradorista, los diputados federales están por analizar y votar un decreto para modificar el Artículo 123 constitucional y agregarle un párrafo.
En este nuevo texto el gobierno federal se compromete, en palabras simples, a pagarles, cuando menos, 7 mil 500 pesos mensuales a todos los jóvenes entre 18 y 29 años de edad que no estén estudiando ni trabajando.
“El Estado otorgará un apoyo económico mensual equivalente al menos a un salario mínimo general vigente, a jóvenes entre 18 y 29 años que se encuentren en desocupación laboral y no estén cursando nivel de educación formal, a fin de que se capaciten para el trabajo por un periodo de hasta 12 meses en negocios, empresas, talleres, tiendas y demás unidades económicas, en los términos que fije la ley”, señala el decreto.
La reforma para becar a los ninis por todo un año será presentada esta misma semana en la Cámara Baja y aunque se requiere una mayoría calificada para que se apruebe el cambio a la Carta Magna, la 4T no tendrá problema en alcanzar los votos necesarios para darle a AMLO un regalo más: colgarse el milagrito de la beca Jóvenes Construyendo el Futuro.
Porque claro, será políticamente incorrecto que algún legislador suba a tribuna a decir que no se debe apoyar a quienes en la fuerza de su juventud no apuestan por su educación, capacitación o el trabajo.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el tercer lugar con mayor porcentaje de personas entre 15 a 29 años que ni estudia ni trabaja. Uno de cada cinco jóvenes es nini.
Hasta este 2024, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro entregaba a las empresas recursos y estímulos fiscales para amortiguar la inversión de los primeros empleos, sin embargo, el texto que se busca incluir, habla de una entrega directa, es decir, ya no se les transferirá a los empresarios o patrones; ahora el pago se hará directamente en tarjetas del Bienestar, a los beneficiarios.
¿Qué tanto se incentivará a los jóvenes a buscar un empleo en donde ganen un salario mínimo si ese mismo monto lo pueden percibir sin hacer nada?
Sin cifras definidas, se estima que entre 5 y 8 millones de ninis entrarán, por decreto, a las listas de padrones de beneficiarios bajo el argumento de darles un piso parejo y no discriminarlos.
Y mientras esta población cobra, por no hacer nada productivo, millones de jóvenes de esas mismas edades se fletan cada día para mantener sus estudios universitarios y trabajar, al mismo tiempo. Para ellos, para los aspiracionistas, no hay nada. ¡Vaya ironía!
Ya sabemos que López Obrador está peleado con las competencias y la productividad, pero él va de salida y nos está dejando un país donde el gasto corriente, la deuda y la falta de inversión nos cobrarán una enorme factura.