Ante la notoria incompetencia de los alcaldes de la capital y la zona metropolitana de Puebla, el gobierno de Sergio Salomón dirigirá un programa de bacheo para tratar de paliar el problema que nos lleva al hoyo, un día sí y otro también.
Las mil 500 cuadrillas que anunció Salomón son reflejo de la sensibilidad de un gobernador que escucha las necesidades de los poblanos. El proyecto será nocturno para evitar -en lo posible- las molestias a los conductores.
Y aunque se trate de un buen programa, el reto continuará para las administraciones municipales entrantes. Pepe Chedraui y sus homólogos de la región tendrán que considerar en sus prioridades el reencarpetado, la relaminación y el bacheo de más calles, porque el Bacheo Nocturno es sólo un curita para una ciudad que está resquebrajada.
A la par de cuestionarnos, por qué los alcaldes metropolitanos dejaron de atender las calles, debemos reconocer que se trata de un problema hereditario, una bola de nieve. De ahí que entre los retos más apremiantes para los gobiernos entrantes será continuar con el bacheo y al mismo tiempo, diseñar un programa de largo aliento.
Los cráteres que usted y yo vivimos a diario en nuestras calles no desaparecerán con los 50 millones de pesos que invertirá el estado ni con el primer programa emergente que realicen los próximos alcaldes, se requerirá de un plan que, muy probablemente, deba superar los trienios que están por comenzar. De lo contrario, el asunto de los baches será un cuento sin final.
Y no sólo se trata de un tema económico o de las múltiples ocasiones en que alguien llega tarde porque tuvo que cambiar la llanta que se ponchó al caer en algún bache. Los agujeros que te obligan a manejar en zigzag o que ladean los vehículos al esquivar uno y caer en otro ya han ocasionado varios accidentes y lo más preocupante, personas que resultan con lesiones por estas fisuras.
El campo minado para Chedraui
Los gobiernos conjuntos de Lalo Rivera y Adán Domínguez le heredarán a la administración de Pepe Chedraui un campo minado y un reloj atrasado, porque el poblano o los turistas que circulan por la capital no van a estar considerando que si el alcalde llegó hace un mes o menos, lo que les urge es que las calles por donde transitan puedan circularse sin el riesgo a perder hasta la suspensión.
El plan emergente deberá ser de alta velocidad para poder mejorar las condiciones en las que están todas las calles de Puebla, lo mismo en las zonas populares que en las que se consideran de mayor plusvalía, ya sea desde el Centro Histórico hasta las avenidas principales y las calles de la periferia. Ningún área se salva de esta pandemia de baches ni en la capital ni en los municipios conurbados.
Así las cosas, entre el crédito de los 600 millones de pesos, los estados financieros que no quedan del todo claros y los baches que tendrán que ser parchados por el gobierno estatal; la salida de Adán Domínguez será tan fugaz como su huida, este lunes del Congreso del Estado.